Este martes la boxeadora profesional visitó a AVC Noticias junto a su pareja y entrenador Pablo Battista, donde dieron todos los detalles sobre sus comienzos en el deporte y las próximas peleas internacionales que se avecinan para este 2022.
La saladillense Tamara Demarco (33) “La Rebelde”, cuenta con 15 peleas profesionales y fue campeona intercontinental en Francia 2019. A pesar de la pandemia, ella y su familia nunca dejaron de entrenar y ahora se prepara para dar pelea en una nueva oportunidad que tendrá lugar el próximo 11 de marzo en Junín, Buenos Aires.
En diálogo con AVC Noticias, aseguró que no le costó retomar las peleas el año pasado porque “yo nunca dejé de entrenar y seguía haciéndolo en mi casa. Cuando se liberó un poco la cuestión, empezamos a entrenar en el gimnasio con doble turno como se debía, y nos salió esa chance mundialista con Evelyn Bermúdez que es la campeona. No se nos dio, no pudimos ganar pero ahora tenemos esta chance y no la queremos desaprovechar”.
Debido a la pandemia, se postergó la posibilidad de viajar a Francia para defender el título intercontinental de la FIB, por lo que se encuentran en la espera de una nueva fecha para pelear de visitante y luego subirse a otro ring en Italia.
“Yo soy categoría de 48 kg y ahora tengo la oportunidad de pelear con otra de 50 kg, tengo que subir un poquito. En cuanto la pelea de Francia que quedó pendiente, también tengo que subir a 50,8 kg como límite y ojala se de este año”, señaló.
ANGOSTURA DIGITAL: ¿Tienen promotor?
PABLO BATTISTA: Sí, Juan Pablo Mafredi. Él nos consigue las peleas afuera. Ya peleamos en Canadá, Francia, y ahora nos llamó para ir a Italia en abril y ver qué pasa. Dios quiera que se nos dé porque la oportunidad de un título mundial no es cualquier cosa y más para nuestro pueblo que hacemos todo a pulmón.
A.D: ¿Tenés tu escuela de boxeo?
P.B: Tengo mi club en Saladillo y no es fácil mantenerlo. Es mucho viaje para acá y en el gimnasio yo las puedo hacer guantear entre mi hija, Martina, que tiene 17 años y ella pero ya se conocen y no es lo mismo. Tengo que viajar 250 km, dos o tres veces por semana con chicas que se encuentren en el mismo nivel. No es que no lo hacen bien pero no es lo mismo porque se respetan, madre e hija, aunque a veces se dan igual.
A.D: ¿Cómo es la vida de la familia boxeadora?
TAMARA DEMARCO: A veces la discusión en el gimnasio termina en casa también pero todo tranquilo.
A.D: Es difícil separar, si hay algo que te falló en la cabeza lo tenés todo el día y lo llevás a tu casa.
T.D: En casa el boxeo es de lunes a lunes. Llega el sábado que podemos descansar y estamos con la tele mirando boxeo. No paramos, lo hacemos como un hobby.
A.D: ¿Cuánto entrenamiento te lleva llegar al peso necesario para pelear?
T.D: Yo ya estoy en categoría porque soy chiquita, ya soy de esa categoría hasta 47,6 kg y menos también. Me cuesta subir de peso pero estoy con un nutricionista, estamos trabajando para llegar a un poquito más y estar en 51 kg aproximadamente.
A.D: ¿Sigue esta pelea y tu próxima pelea está programada o se va encaminando a medida que pasa una pelea tras otra?
T.D: Después de esta pelea, son 10 rounds. Es bastante tiempo así que siempre me tomo una semana de descanso pero no mucho más porque sino el cuerpo se relaja y después nos empezamos a preparar por si sale la pelea en Italia que nos ofrecieron. A mí me gusta estar siempre preparada. Yo entreno todo el año, nunca descansamos. Con Brenda González que me ayudó, hicimos 8 rounds. Seis con ella, dos con mi hija y seguí entrenando con manopla y bolsa.
A.D: ¿Cómo es Pablo como entrenador?
T.D: Es muy exigente pero yo creo que el boxeo tiene que ser así. Es muy buen entrenador. Nos da todo a pulmón pero nosotras tenemos nutricionista, preparador físico y masajista.
A.D: Por algo te dicen “La Rebelde”…
T.D: Soy rebelde pero entreno, sino subís al ring a sufrir, estás esperando la campana para que termine. En cambio vos subís entrenado y subís a disfrutar, a demostrar lo que entrenaste, lo que te preparaste para hacer.
A.D: ¿Has tenido que sufrir muchas peleas?
T.D: No, nunca. La última que hice fue porque me superaba en altura pero no es que sufrí por estar en mal estado porque yo llegaba al final de la pelea. No le llegaba mucho a la cara por su altura y sus brazos largos. Peleé con la mejor de Buenos Aires. Y ahora pelearé con una que también es buena, es campeona y yo voy a hacer lo posible para sacarle el título y darlo todo.
A.D: Igual estás contenta con tu trayecto…
T.D: Sí, yo hago lo que me gusta. Es muy sacrificado. Yo sé que siempre dejo todo en todas las peleas, entonces quedo conforme. Perdés y te quedás un poco mal pero después pasa y te da más fuerza para seguir.
A.D: ¿A qué edad empezaste a boxear?
T.D: Creo que tenía 25 años, empecé de grande, porque no me dejaban. Primero no me dejaba mi mamá y después no me dejaba mi marido.
A.D: ¿Y cómo se dio que la dejaste, Pablo?
P.B: Estaba en un gimnasio donde yo entrenaba pero me fui de ahí porque cerró y un amigo me prestó el fondo de su casa. Entrenaba a chicas en el gimnasio y ella me celaba, me decía: “ahí van mujeres y a mí no me querés entrenar”, y así fue como arrancó. Cuando la miré me di cuenta que tenía condimento para esto. Tiene buen recorrido en Amateur, 40 peleas Amateurs en Buenos Aires, campeona de la Liga Bonaerense y la Liga de las Estrellas.
A.D: Pero ustedes ya se conocían de chicos.
T.D: Yo tenía 15, hace 19 años que estoy con él.
A.D: ¿Pero vos querías hacerlo?
T.D: Sí, desde chica, primero mi mamá que no me dejaba. Yo miraba el ring cuando él iba a boxear y decía cómo me gustaría estar ahí arriba hasta que un día me dejó. Siete años para convencerlo.
A.D: ¿Su hija, Martina (17), cómo va con eso?
P.B: Bien. La nena tenía 8 años cuando empezó e iba al gimnasio conmigo, y me pegaba y me miraba pero yo no le daba bola porque no quería, era chiquita. Después me di cuenta que tenía brazos largos, le pegaba a la bolsa y era un espectáculo. Agarraba mi ropa de boxeo y vivía disfrazada. Hasta que también me gustó como le estaba pegando. Las mujeres pueden empezar el boxeo a los 14 años, pero a los 12 años yo le hice una licencia de contramano y peleaba con chicas de 12 a 14 años, y les ganaba a todas.
A.D: De no querer con ninguna de las dos arrancaste con ambas…
P.B: Hicieron más campaña que yo pero yo lo hacía a pulmón de verdad. En el boxeo tenés que cuidarte mucho porque es exigente y tenés que comer sano. Comía un guiso o lo que había, y ahora laburo para que ellas tengan nutricionista, masajista y preparador físico. Ya no es sólo correr sino que es todo explosión, es físico y técnica. Por eso invierto y me gusta, es una pasión.
A.D: Si están en una élite profesional, es importante que vean todas las necesidades y posibilidades que tienen de entrenamiento. Una pelea no significa nada.
P.B: Pierden los mejores. Me gusta ir a ganar pero a veces se pierde, se empata y no es fácil porque ahí arriba estás solo con el rival y por eso tenés que estar bien preparado para sufrir. Yo subía y sufría porque no entrenaba como debía, le ponía garra nomás. Quizás a futuro, el año que viene podemos hacer un gran festival para que pueda pelear ella acá.
A.D: Hay parte de la juventud femenina que se les puede abrir un montón de puertas con eso…
P.B: Exactamente. Ella se dedica al boxeo nomás, gracias a Dios no me pide salir. Es sana, no toma, no fuma, tiene la mentalidad del boxeo. Es rebelde como la mamá, pero es buena, anda bien.