Alejandra Giménez es una artesana que hace magia con las manos al crear arte en varias de sus piezas únicas de cerámica y de barro donde las distintas formas, colores, y líneas sencillas marcan gran parte de su esencia.
Tazas, teteras, ollas, fuentes y vasijas cobran vida en las manos de la artesana quien pasa gran parte de su tiempo realizando piezas únicas ya sean de barro o de cerámica para transformar materiales simples en objetos utilitarios, decorativos o artísticos para el hogar.
“Belleza Antu” surgió cuando su amiga ceramista la invitó a emprender el camino de esta disciplina en el que las posibilidades de fabricar distintos elementos son infinitas. Alejandra comenzó con moldes y realizó varios cursos en la localidad y en la vecina ciudad de Bariloche donde tuvo su primer contacto con el barro. Allí tuvo que viajar 3 veces por semana durante cuatro meses para aprender la técnica.
“Utilizábamos arcilla de color roja, blanca, y un tono un poco más amarronada. Esos productos llevan otras cosas mezcladas. En este caso, va mezclada con un talco especial y con otro producto que se llama “camote”. Todo debe ser muy exacto, pesás la arcilla, y sumás un talco especial, el camote y agua. Se amasa y a partir de ahí comencé a realizar ollas con sus respectivos moldes”, detalla la emprendedora a LA ANGOSTURA DIGITAL.
Y admite que elaborar sus productos le lleva mucho tiempo, y cuando la pieza se rompe no queda otra que volver a empezar, aunque de eso se trata, por lo que poco a poco Alejandra comenzó a darle forma a ese nuevo proyecto del que tanto anhelaba.
A su vez, explica que su firma se debe a su nieto Antu, quien por ser halagado numerosas veces por su belleza en las ferias locales, nació el emprendimiento bajo ese nombre.
Con la ayuda de Franco “De Luz y Fuego”, quien amablemente le presta su horno para llevar adelante sus procesos manuales, la emprendedora hace hincapié en la importancia de la paciencia, el tiempo y el extremo cuidado que llevan cada uno de sus productos para que no se quiebren:
“Hacer una olla te lleva más o menos tres días porque hacés el molde, amasás, estirás la masa, lo pones en el molde, se deja orear un poco y luego comienza la magia donde vas dando forma a la pieza deseada con tus propias manos. Después podés pasarle una esponja húmeda para ultimar detalles, sacar las deformidades y dejás nuevamente que se oree. Lo dejás secar y se cocina en el horno”.
De esta manera, la artesana reconoce no trabajar por pedidos al no disponer de un horno propio, por lo que sus delicados trabajos se encuentran eximidos en el Paseo de Artesanos en el que también han frecuentado numerosas ferias locales organizadas por Economía Social de Villa la Angostura.
Sin dudas, se trata de materiales nobles con el medio ambiente, y a pesar de ser un arte milenario, la cerámica y el barro continúan más vigentes que nunca en nuestro día a día donde la sencillez y el arte atrapa el primer contacto visual para ser utilizado de distintas maneras.