Son 12 las que ofrecen servicios turísticos en entornos de atractivo natural, además de trabajar en diálogo con la provincia para mejorar sus prestaciones.
La declaración del volcán Lanín como sitio sagrado intercultural, que luego fue dada de baja por el gobierno nacional, generó un cruce entre el gobierno de la provincia de Neuquén, la Administración de Parques Nacionales y la Confederación Mapuche sobre el uso y apropiación de los recursos naturales que son también un atractivo para miles de turistas. Más allá de esta polémica, en la provincia de Neuquén existen espacios que son administrados íntegramente por comunidades mapuches.
Según datos del Ministerio de Turismo de la Provincia, en Neuquén hay al menos 12 comunidades mapuches que viven integradas con espacios de gran riqueza natural y que brindan distintos tipos de servicios a los turistas, aunque con diferentes grados de formalidad, infraestructura y vínculo con el gobierno neuquino. Entre ellos se destacan, entre los más afamados, el parque de nieve del cerro Batea Mahuida, cercano a Villa Pehuenia, o la cuenca del Ruca Choroy, donde se practica rafting.
En su reclamo por la declaración del Lanín como sitio sagrado, la Confederación Mapuche considera que al obtener los permisos de uso y apropiación de las tierras que reclaman como ancestrales, pueden generar mayor conciencia sobre la importancia de no dañar la biodiversidad de ese volcán u otros espacios naturales, así como la interrelación entre todas las vidas que forman parte del ecosistema.
Mientras ellos denuncian la explotación mercantilista del turismo que daña el medio ambiente, los criollos reclaman por reacciones violentas por parte de las comunidades cuando se niegan, por ejemplo, a pagar el precio de una entrada para acceder a una zona natural. En el lago Los Barreales, cercano a Neuquén capital, una pareja denunció en octubre del año pasado que fueron atacados por personas que se identificaron como mapuches con cuchillos y brasas ardientes con la intención de hacerlos retirarse de una tierra que consideraban propia.
Más allá de estos casos aislados, desde el gobierno de la provincia se trabaja de manera permanente para mantener abiertos los canales de diálogo y ofrecer una alternativa de sustento para las comunidades a través de la prestación de servicios turísticos que respeten los principios de la cultura mapuche en su vínculo con la naturaleza.
En Villa Pehuenia, por ejemplo, la comunidad mapuche Puel brinda los servicios para los esquiadores que visitan el cerro Batea Mahuida. Por su escasa infraestructura, es considerado como un parque de nieve y no como un centro de esquí, ya que no cuenta con aerosillas. Sin embargo, tiene poma y T-bar, que son medios de elevación más sencillos para que los esquiadores puedan deslizarse por las pistas, en la alternativa más económica para esquiar en la provincia de Neuquén.
Acceder al parque tiene un costo diario de 2800 pesos en temporada baja, y de 3500 pesos en temporada alta, un valor inferior al que se cobra en los cerros Chapelco o Bayo, los centros de esquí más posicionados en la provincia de Neuquén. A esos valores hay que sumar, como es habitual, el alquiler de los equipos, la indumentaria y las clases para los que sean principiantes.
Por su parte, desde el área de Turismo de la provincia explicaron que trabajan con la comunidad Puel, a cargo de la administración del cerro, para fortalecer su capacitación en seguridad sanitaria para centros de esquí, al tiempo que dictan otras capacitaciones como planificación, electricidad, reparación de motos o asesoramiento gastronómico, con el fin de ofrecerles una salida laboral.
Con la comunidad Catalán, otra de las 12 que ofrecen servicios turísticos en la provincia, se realizaron tareas conjuntas para llevar a cabo capacitaciones de atención al cliente, organización de cocina e idioma inglés. También, se avanzó en la habilitación de espacios gastronómicos, se equiparon los espacios con electrodomésticos y se construyó un centro de ventas en el marco de un programa de puesta en valor de los ríos Aluminé y Ruca Choroy.
A partir de la novedad de una posible declaración del volcán Lanín como un sitio sagrado, las comunidades que habitan la zona podrían tener más protagonismo en la administración del espacio e incluso limitar el ingreso de turistas para evitar daños en el entorno natural. Si bien hay ejemplos de administración de recursos turísticos que incluyen vínculos armoniosos y la apuesta a la inversión para el crecimiento de la actividad, los visitantes sembraron el temor por una posible mala convivencia en torno al atractivo natural.
Sin embargo, desde la Confederación Mapuche publicaron un comunicado para erradicar estas sospechas: “Informamos a la sociedad de la región y del mundo que al igual que nosotros valora la presencia de nuestro Pijan Mawiza Volcán Lanín, que la declaratoria de Sitio Sagrado no cierra puertas. Por el contrario, abre nuevas puertas como es incorporar un nuevo valor a todo lo que conoce y disfruta la sociedad argentina. A lo paisajístico, científico, turístico se agrega todo el potencial cosmogónico mapuche que hasta hoy no se conoce. ¿Alguien se animará a oponerse a esta valoración cuando es parte de la identidad de la región?”.
A partir de los reclamos que hizo el gobernador Omar Gutiérrez a Nación por la declaración inconsulta, las comunidades expresaron: ”Exhortamos al Gobierno de la Provincia, al gobernador Omar Gutiérrez, a conocer la propuesta de Volcán Lanín de Sitio Natural Sagrado para el Pueblo Mapuche y animarse a involucrarse en el ordenamiento y proyección de una administración Intercultural del Volcán que no solo es símbolo de la Provincia, sino que también representa un elemento regulador de vida, del cual todos somos parte”.