Desde hace dos años que Roxana hace magia con las manos al crear compañeros para toda la vida con sus agujas a crochet y con la intención de que perduren en nuestra memoria bajo su marca “L&J Tejidos”.
De la pasión al emprendimiento, así nace “L&J Tejidos” en plena pandemia a la cabeza de Roxana Cerda, quien se motivó a obtener un ingreso extra y terminó atrapada por el tejido a crochet.
Su habilidad para tejer la llevó a descubrir la tendencia japonesa del amigurumi o muñeco tejido en el que le relata a LA ANGOSTURA DIGITAL que “en 2004 llegué a Villa la Angostura lista para tejer. En aquel momento hacía prendas como gorros, pero en la pandemia cuando dejamos de trabajar y cobraba una parte del sueldo en el sector turismo, surgió la necesidad de hacer algo para generar un ingreso extra”.
Con mucho amor y destreza, elabora prendas como gorros tejidos a crochet y dos agujas, aunque su fuerte son los muñecos artesanales en el que imita en su tiempo libre una infinidad de personajes animados de historietas, películas, superhéroes y hasta princesas de Disney.
Esta creencia japonesa considera que cada muñeco posee un alma única e irrepetible que los convierte en compañeros y confidentes tanto de niños como de adultos con la misión de conservar el niño que llevamos dentro y donde la imaginación no tiene límites con un amigurumi bonito, adorable y muy tierno.
De esta manera, y con la facilidad que brinda internet, se fue perfeccionando a través de videos teniendo en cuenta que hacer un gorrito se trató de la puerta de entrada a un universo en el que siempre hay cosas nuevas para tejer. Luego, se inscribió en el registro de emprendedores locales que le permitió presenciar innumerables ferias locales.
”Me gusta mucho hacer muñecos para chicos, me gusta que el nene se vaya feliz con su muñeco. En la feria de invierno estuve con el puesto y había hecho una peppa pig, los niños pasaban para sacarse una foto y eso me encantó, que el chico vea en el muñeco todo mi trabajo, que lo quiera y que lo cuide”, señaló.
En cuanto al tiempo de elaboración, cada figura le lleva en promedio un par de días de acuerdo al tamaño solicitado, tratándose de un apasionante trabajo por los detalles que conlleva hacer un amigurumi a crochet.
En el caso de los muñecos de hasta medio metro pueden tardar de 3 a 4 días, en el que selecciona patrones que compra en páginas web y con mucho cuidado, teje por partes con hilo de algodón y lana hipoalergénica, mientras que para el relleno utiliza vellón siliconado.
“Según el tamaño del muñeco es el tiempo que me lleve, para hacer un amigurumi que no tenga mucha complicación lo hago en un día. Hice un muñeco de shrek y del payaso plin plin de medio metro que me llevó casi 4 días. Lo voy haciendo por partes y luego se une todo”, indicó la emprendedora.
Con gran experiencia en distintas ferias de la localidad, sus productos pueden encontrarse a través de sus redes sociales como Instagram y Facebook (@lyjtejidosvla) en el que asegura que “están hechos con mucho cariño y cuidado para que sea algo seguro para el bebé y el niño. Me tomo el recaudo de hacer bien las costuras, de que tengan los ojitos de seguridad, que no se salgan, y estar en todos los detalles para que no corran riesgos”.