La diligencia se hizo este miércoles en la ciudad de Neuquén y estuvo a cargo de la perito de la querella particular, que intenta probar que Robinson Gatica murió a raíz de una asfixia por estrangulamiento. Expertos del cuerpo médico forense del Poder Judicial y un perito por la defensa de los policías imputados supervisaron el trabajo
La perito Emma Virginia Creimer, ofrecida por la querella particular, hizo este miércoles la segunda autopsia sobre el cuerpo de Robinsón Gatica, que murió el 20 de julio pasado durante un procedimiento policial.
El trabajo de Creimer fue supervisado por los peritos del cuerpo médico forense del Poder Judicial de Neuquén, Gabriel Jerez y Haydee Fariña y la patóloga Andrea Roschuk y por el perito en representación de los policías imputados por la muerte del joven. Así lo informaron fuentes con acceso a la causa.
La segunda autopsia se hizo en la ciudad de Neuquén, en la sede del cuerpo médico forense del Poder Judicial. El defensor particular de uno de los policías imputados Cristian Hugo Pettorosso informó que la segunda autopsia demandó alrededor de 4 horas.
Dijo que ahora deben esperar las conclusiones que Creimer plasmará en un dictamen que posiblemente se conocerá tras la feria judicial de enero. La querella tratar de probar su teoría del caso que sostiene que Gatica posiblemente murió como consecuencia de una asfixia por estrangulamiento durante el procedimiento policial.
Pettorosso señaló que ese dictamen de Creimer se contrastará con el informe oficial del cuerpo médico forense que dictaminaron que Gatica sufrió una “muerte súbita de una persona con delito agitado por consumo de cocaína en el contexto de una restricción policial”.
El defensor particular destacó el informe del cuerpo médico forense que, según Pettorosso, esclareció las circunstancias de la muerte del empleado municipal que ocurrió la madrugada del 20 de julio pasado, en un domicilio del barrio Las Piedritas de Villa La Angostura.
La tragedia
Según la teoría de la fiscalía, familiares de Gatica llamaron esa madrugada a la comisaría 28 porque el joven se encontraba fuera de control por haber consumido cocaína. De hecho, los peritos hallaron restos del estupefaciente en el cuerpo de la víctima a partir de los estudios que se hicieron.
Un grupo de policías fue hasta el domicilio donde se encontraba Gatica exaltado y trataron de reducirlo. El joven estaba armado con un cuchillo con el que intentó agredir a los policías. Dos efectivos sufrieron lesiones leves.
Uno de los policías efectuó un disparo con su arma reglamentaria. El proyectil no hirió a Gatica. También recibió varias postas de goma y lo golpearon.
Los policías tuvieron que retirarse de la vivienda y la esposa logró persuadir a Gatica para que le entregara el cuchillo. La mujer salió de la casa y los policías entraron con el joven ya desarmado, lo golpearon y lo aprehendieron. Minutos después murió.
Allí, comenzaron a tejerse varias hipótesis y las denuncias de los familiares de la víctima. Se denunció un caso de gatillo fácil en las primeras horas tras el hecho, otro caso de violencia y abusos policiales, entre otras acusaciones.
Con esa información preliminar y un día después de que ocurriera el hecho, el fiscal del caso Adrián De Lillo acusó a los policías Víctor Hugo Muñoz, Darío Luis González, Alejandro Bravo, Erwin Alejandro Mora y David Ezequiel Cuevas como coautores del homicidio agravado de Gatica, porque lo cometieron en abuso de sus funciones como integrantes de la Policía.
El juez de garantías admitió la formulación de cargos contra los policías y les impuso prisión preventiva, que cumplieron de manera domiciliaria.
Las conclusiones de los peritos del cuerpo médico forense se conocieron después. Y los peritos dictaminaron que ni los golpes ni las postas de goma que recibió Gatica causaron su muerte.
Sin embargo, no estaba clara la causa de la muerte. Por eso, se pidieron estudios complementarios a otros especialistas. Varios días después, una junta médica concluyó que Gatica había sufrido una “muerte súbita de una persona con delito agitado por consumo de cocaína en el contexto de una restricción policial”. Con esa información, los defensores particulares solicitaron la libertad de los policías.
Liberados
El 17 de noviembre último, la jueza Mirta Bibiana Ojeda dejó sin efecto la prisión preventiva que cumplían desde finales de julio pasado de manera domiciliaria y los cinco acusados quedaron en libertad con varias pautas de conducta que deben cumplir. Además, extendió por 4 meses el plazo de la investigación que declaró como “asunto complejo”.
De Lillo no se opuso al pedido de los defensores Cristian Pettorosso y Alejandro Casas de concederles la libertad, pero recordó que en su momento había pedido la prisión preventiva porque había evidencias de que los acusados habían tratado de entorpecer la investigación durante las primeras horas.
Los abogados por la querella, Miani y Sánchez, expresaron su desacuerdo con otorgarles la libertad a los imputados porque plantearon que todavía están vigentes los riesgos procesales.