Si bien el intendente del Parque Nacional Los Arrayanes destacó que “los vecinos y turistas deben saber de su existencia”, aclaró que su hábitat se mantendrá intangible y no se podrá visitar al “repollo”, como lo denominan los antiguos pobladores a este ejemplar que es único en el mundo.
El “Arrayán gigante”, una verdadera maravilla de la naturaleza cuya existencia tomó estado público tras la entrevista de AVC Noticias con el flamante intendente del Parque Nacional Los Arrayanes, Carlos Garay, seguirá sin poder ser visitado por residentes y turistas.
Garay explicó que su exacta ubicación no será dada a conocer, y por lo tanto se mantendrá intacto su hábitat natural que se encuentra dentro de un área protegida.
Garay dijo “me parece correcto que la gente sepa que existe este ejemplar y de semejante porte, de ahí a que la gente piense que va a tener la posibilidad de tocarlo o algo por el estilo, no está en la cierto. Y doy como ejemplo el “Gran Capitán”, un ejemplar de secuoya gigante que está dentro del Parque Nacional Las Secuoyas, en el Condado de Tulare, en Estados Unidos, que la gente tampoco sabe precisamente dónde está, pero sí sabe que existe”
El “Arrayán gigante” tiene el triple de la altura comparado con el resto de los ejemplares de su misma especie y se calcula que tiene unos 800 años de edad.
Sobre la posibilidad futura de poder conocerlo Garay aclaró “si el día de mañana la Administración de Parques Nacionales entiende que se puede hacer un circuito como para poder ver al “repollo”, como le dicen los antiguos pobladores, se tomarán las medidas pertinentes para el resguardo del medio ambiente y con un monitoreo las 24 horas para que esto se cumpla como corresponde”.
El “repollo”
Alejandro Calderón, un conocido vecino cuya familia lleva más de cien años viviendo en nuestra localidad, explicó a LA ANGOSTURA DIGITAL que “nosotros como antiguos pobladores teníamos conocimiento de este ejemplar. En 1947, cuando el presidente Juan Domingo Perón expropió estas tierras que comprendían la estancia Quetrihué, fue mi padre, Adán Calderón, el que fue designado como Guardaparque y hablaba de este ejemplar que lo bautizaron como el “repollo”, por la forma que tiene y que además conserva a través de los años”.
“Por eso al igual que yo, muchos descendientes de familias de viejos pobladores sabíamos de la existencia de este arrayán, como los Melo, los Cárdenas, Painequeo, además de gente que trabajó en su momento dentro de la estancia Quetrihue. Todos conocíamos a “repollo”, al igual que el coihue “El Abuelo” que estaba camino a El Rincón y que lamentablemente se cayó hace unos años atrás.
Calderón recordó que “mi padre nació en la Estancia Chacabuco en 1919 y desde entonces estamos en la región y en Villa la Angostura, por eso conozco esta historia ya que él estuvo de guardaparque en la Península Quetrihue, también en la Península Huemul y en Lago Espejo”.
