Sr. Director:
Desde 1993 que mi familia arribó a La Angostura cuando todavía el pueblo rondaba los 2500 habitantes. Podíamos ver una única casa de electrodomésticos, 3 kioscos en lo que hoy es la Avenida Arrayanes, incluso teníamos una sola escuela secundaria para ese entonces. Me tocó ver, experimentar y crecer junto a momentos del pueblo que fueron claves en el desarrollo siguiente que permitió hacerlo crecer, podríamos decir, a como lo vemos hoy. Aunque parece que muchos, pero muchos de los habitantes que nos rodean hoy, realmente, no son ni serán nunca de este precioso lugar. Y le voy a explicar de qué se trata.
Desde el año ’93 hasta el año 2000 tuve la oportunidad de asistir a la Escuela Nro 186, hoy totalmente cambiada, y hasta le diría “enchastrada” por basura ideológica política, partidaria y sensacionalista, que, cuando somos chicos y tenemos 7, 8 o 9 años, es imposible darnos cuenta. Pero mis maestros y maestras de aquel entonces nos enseñaron bastante bien a notar similitudes y diferencias de cara a convertimos en adultos. Voy a contarle 3 cosas sumamente importantes para los tiempos que se avecinan, sabiendo que vecinos recientes y vecinos de antaño del pueblo están organizándose para defender sus derechos en el marco de lo legal, contra quienes, manipulados, convencidos y coaccionados por el y los diferentes gobiernos nacionales y provinciales que atravesaron al pueblo en el último tiempo, se autoproclaman dueños, herederos e intocables miembros de comunidades “mapuches” que en realidad, todos, pero absolutamente todos sabemos que nunca existieron en nuestro pueblo.
Era moneda corriente ir de visita a la casa de compañeritos de la escuela, tanto en barrio Las Piedritas, como en barrio El Mallín, como en barrio Las Margaritas, incluso juntarse a hacer los deberes todos en la hoy conocida Biblioteca Popular. No teníamos más lugares que esos, literalmente. Se nos enseñó con libros y manuales de estudio de la Provincia de Neuquén desde 3er grado en la Escuela Nro 186 que antes de ser este territorio (Argentina) lo que hoy es, las cosas eran muy diferentes pero que casualidad… los límites ya existían. Del lado Chileno, mapuches. Del lado Argentino, las comunidades nómadas y sedentarias que habitaban nuestro territorio. Aprendimos y seguimos adelante educándonos y compartiendo estos conocimientos con nuestros compañeros oriundos de Chile, sí, Chilenos. Chicos y chicas que iban y venían a la escuela caminando, en bici a veces, igual que la mayoría de nosotros. Chicos y chicas que NUNCA durante años manifestaron ser de ninguna comunidad ni agrupación “mapuche” de nada. Los nombres mapuches que conocimos, vienen de 2 lugares: la historia de la provincia de Neuquén y los nombres de calles de La Angostura. Y ahí paramos de contar, porque crecimos, fuimos adolescentes, convivimos hasta yendo a comprar a los supermercados de pueblo, pubs, restaurants, etc… y no tenemos registro de que estas personas hayan si quiera manifestado que, de repente, eran “mapuches”.
Lo que me lleva a revelarle Sr. Director que, como muchos vecinos sostienen, hay una verdadera y gran confusión en todo el pueblo y me parece que ya es tiempo de que vayamos aclarando el camino. Reconozco desde hace por lo menos 2 años a esta parte en las fotos que se publican en este y en otros medios digitales, las caras y rasgos que anuncian parentesco familiar de los supuestos “mapuches” con mis pequeños ex-compañeros, tanto de primaria, como de secundaria. Gente como nosotros, taxistas, empleados municipales, empleados de comercio, gente común y corriente de nuestro pueblo, vecinos. Los veo ahí levantando una bandera que durante nuestra infancia no tenían, reclamando tierras cercanas a nichos de agua, cascadas, los veo y los ví hace relativamente poco poniendo carteles de “prohibido pasar, zona mapuche” como si hubiera existido toda la vida, y no, no es así.
En mi familia tuvimos incluso la delicada tarea de velar por la seguridad del pueblo. 17 años para ser precisos, y en tantos pero tantos años trabajamos, conocimos y supimos de vecinos, habitantes del pueblo nuevos y viejos, que tienen familia y descendencia chilena y nunca, pero nunca se los oyó hablar de comunidad mapuche o reclamo alguno de cara a tener que levantar las pantallas que levantan para hacerse con tierras que, nuevamente, todo el pueblo sabe que no son de ellos, jamás vivieron ahí y se las están queriendo robar con el aval del gobierno, el gobierno entero.
Hice un relevamiento hace un tiempo atrás sobre cómo operan, mejor dicho, como es que de la noche a la mañana son mapuches cuando en realidad son tan Argentinos como nosotros en el pueblo y de repente usan la bandera mapuche entregada en bandeja de plata por quienes nos gobiernan y que casualidad, luego de leer esta mañana su publicación sobre el “bullying” hacia niños y niñas de la supuesta “comunidad” mapuche, se me retorcía la panza al conocer el modus operandi de todos estos personajes que llegué a reconocer como casi casi los mismos que iban conmigo a la escuela en algún momento. Hermanos, tíos, primos, abuelas, sus propios padres, todos perfilan para la misma fotografía en el diario digital.
Pero también estoy y estamos al tanto todos de lo que pasa en invierno con las primeras nevadas: llaman de forma prepotente a la municipalidad para exigir a como de lugar la intervención de un ómnibus de turno para que suba hasta donde supuestamente viven (u ocupan lugar) para que los niños a los que hoy les hacen “bullying” bajen al pueblo y puedan ir a la escuela. Así que, son tan Argentinos como nosotros, tienen DNI Argentino, pero su origen es Chileno desde principios de los 90s, no volvieron a su país nunca, y se establecieron acá mismo, en Villa La Angostura, contándonos que son parte de una nación “chilena” llamada “mapuche” pero gozando de todos los derechos y beneficios de un ciudadano Argentino.
Según los manuales de adoctrinamiento que, investigando mucho, encontré en la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén y, casualmente, también en la Universidad de La Plata en Buenos Aires, esta gente tiene todo un set de reglas para intervenir nuestras escuelas, nuestros hospitales, el trazado urbano de nuestro pueblo, y como ya se habrá visto cuando izan la bandera “mapuche”, total impunidad para usurpar tierras, terrenos ajenos con dueños y papeles y generar ambientes tensos y cuasi-violentos como ya todos, pero todos, todos en el pueblo sabemos.
Esta gente y quienes los dirigen desde estas 2 universidades (encima una es la de Neuquén, totalmente vergonzoso) manifiesta que están en guerra con 2 países: Chile y Argentina. En Chile, tampoco los reconocen como se esperaba y por eso le escribo Sr. Director, porque nadie está estigmatizando a nadie, simplemente hoy publican una nota sobre el “bullying” a sus hijos (Argentinos, bien Argentinos, la mayoría nacidos en Angostura) y después se organizan para usurpar terrenos municipales, tierras ajenas, etc…
Son ellos, son los que de día reclaman el Cerro Belvedere como suyo y de tarde bajan al pueblo a retirar a sus hijos de escuelas públicas Argentinas.
Leandro Tomasoni
DNI 32.015.698
Villa la Angostura