Muchos propietarios que eligen alquilar por día o en dólares. Los precios siguen subiendo y complican el acceso a la vivienda, como en las localidades de Bariloche, San Martín de los Andes y Villa la Angostura.
Alquilar una vivienda en la Argentina se volvió una misión imposible. La provincia de Entre Ríos es un ejemplo extremo: en las ciudades fronterizas inquilinos uruguayos provenientes de localidades del otro lado de la orilla han alquilado cientos de casas en los últimos 18 meses. Eso, sumado a la reticencia de muchos propietarios a alquilarle debido a la Ley de Alquileres.
Miles de inquilinos buscan incesantemente locar vivienda, y en el interior la problemática es mayor: lo único que abunda es la escasez, los precios son muy altos para los sueldos de miles de personas del interior, donde, salvo excepciones, las remuneraciones son más bajas en promedio que en la Ciudad o algunas localidades de la provincia de Buenos Aires.
La situación no tiene antecedentes en la historia del mercado inmobiliario: siempre fue más complicado comprar que alquilar. Pero desde que en julio de 2020 entró en vigencia la polémica Ley de Alquileres la oferta se fue acotando mes a mes y hay ciudades en donde roza el cero: no hay casas ni departamentos disponibles. Así ocurre en San Carlos de Bariloche, San Martín de los Andes o Villa La Angostura, por ejemplo.
Miles de propietarios destinaron sus inmuebles, que antes ofrecían en alquiler tradicional, a la venta o los acondicionaron para ofrecer en locación turística o temporaria. Se calcula que en la Argentina hay más de 200.000 viviendas que salieron del mercado de alquileres en tres años y hay localidades en donde un inquilino llega a estar 3 a 5 meses sin conseguir una vivienda o donde alojarse.
Agrupaciones que defienden a quien alquila
En Entre Ríos, como en otras provincias, hay grupos y cámaras que defienden a quienes no tienen una vivienda propia. Mauricio Retamar, presidente de una agrupación provincial, junto con Juan Pablo Artiaga, vicepresidente y Valeria Astudilla, comentó a Infobae que aunque hay varias propuestas que rondan en análisis entre el Gobierno nacional e inmobiliarios, siguen defendiendo que los contratos duren tres años.
Es algo sin antecedentes en la historia del mercado inmobiliario, siempre fue más complicado comprar que alquilar
“Si se vuelve a dos años como quieren muchos colegios de martilleros, sería perjudicial para los inquilinos. Se pasan rápido y enseguida hay que buscar vivienda, pagar flete, mudanza, todo es muy caro ahora. Hoy acceder a una vivienda en alquiler en la Argentina es muy costoso, son 3 sueldos promedios de un trabajador formal. Todo aquel que no tenga ese dinero queda excluido de acceder a una vivienda”, dijo Retamar.
Las políticas, dijeron, deberían enfocarse en reducir el costo de acceso a una vivienda, y en que las comisiones inmobiliarias deje de pagarlas el inquilino porque el que busca y contrata el servicio de una inmobiliaria para que le administren su bien es el propietario, no el inquilino, argumentan.
“Otra cosa que hace reducir el costo de acceder es el impuesto provincial al sello, que también se lo cobran al inquilino. En Entre Ríos el Código Fiscal dice que se paga mitad cada parte y eso no se cumple. Entonces si aplican exención a Bienes Personales y Ganancias a los propietarios, ¿por qué no aplican exención del impuesto al Sello a los inquilinos? Es injusto lo que hace el Gobierno”, dijo Artiaga.
En cuanto al método del ajuste sí aceptan que sea cada 6 meses (no anual, como en la ley vigente), pero que el aumento se haga siempre sobre el primer mes del valor del contrato. Con altas tasas de inflación, la propuesta es un claro desaliento para los propietarios. Con la inflación al 100% anual, al cabo de un año el ajuste se reduce a la mitad de la tasa de inflación.
“Es imprescindible que el ajuste se haga en base a un índice, por ejemplo la Cámara Inmobiliaria Argentina propuso que el índice sea hecho por inflación y el Coeficiente de Variación Salarial (CVS) en vez del Ripte”, dijo Astudilla.
Sin alquileres en Bariloche y Villa la Angostura
Josefina Pérez, de 37 años, diseñadora publicitaria, cuando flexibilizaron las medidas por la pandemia a fines de 2021 decidió cambiar su forma de vida. Dejó el barrio porteño de Villa del Parque y se radicó en Bariloche. Como no encontró donde alquilar decidió vivir por un tiempo en un hostel donde hasta fin de año pagaba $35.000 mensuales.
Residió varios meses en una habitación compartida con tres mujeres, pero después debió hacerlo con varones. “Compartíamos cocina, baños y otros espacios. Con las mujeres era más fácil porque teníamos reglas”, contó a Infobae. Hasta que consiguió una casa un poco lejos del centro, pero pagando $90.000 por mes. Y es un contrato informal. “Hay dueños que piden lo que quieren, incluso hasta $25.000 diarios, porque prefieren alquilar sus viviendas como locaciones turísticas”, agregó.
En Villa La Angostura la situación es compleja; se construye mucho, pero pensando en el inversor. La edificación creció por la pandemia, potenciada la demanda que generó el trabajo remoto.
Ramiro Fernández, gerente comercial de Lepore Patagonia, comentó el avance de las locaciones turísticas. “Por la Ley de Alquileres se complicó el formato tradicional. Y para que esto cambie la salida es con una presencia fuerte del Estado municipal y Concejo Deliberante, que habiliten índices constructivos para la zona centro, realizar planes de viviendas”, dijo a Infobae.
Hoy existen pocas oportunidades pero una casa de 2 ambientes en La Angostura oscila entre $120.000 y $160.000 y los departamentos entre $85.000 y $110.000 mensuales. “Desde la pandemia se vino a vivir mucha gente, más de lo que el pueblo puede, hoy en La Angostura están saturados los servicios básicos de luz y gas natural, y el Estado no se hace cargo. Hay que empezar a hacer las cosas bien”, concluyó Fernández.
Fuente: Infobae