Tuvieron que radicar una nueva denuncia ante los reiterados llamados telefónicos. “Vas a morir”, lo amenazan al vecino, al igual que a su mujer. Piden custodia policial.
El vecino que denunció ante el Juzgado Multifueros de Villa la Angostura la venta y distribución de todo tipo de drogas por algunos taxistas locales a través del sistema de “delivery”, tuvo que radicar una nueva denuncia ante los reiterados llamados telefónicos donde se lo amenaza de muerte a él y a su mujer.
Así quedo detallado en la denuncia que presentó el abogado Cristian Pettorosso donde reitera las “medidas de seguridad para este denunciante suscripto y su familia, conforme fuera pedido en su momento”.
En el escrito el vecino advierte que atendió llamadas donde directamente se lo amenaza de muerte “vas a morir”, pero que además con mayor frecuencia, recibe llamados telefónicos “de numerales no identificables (fechas 21, 26, 28 y 30 de mes de junio; y 19 de julio -tres llamadas; y también el 24 de julio), los cuales ya no atiendo; siendo que sospecho que pretenden intimidarme por las denuncias que he formulado, de las cuales aún no he sido convocado por las agencias fiscales de intervención, significando la involuntaria omisión de servicio de Justicia aquí denunciada, un riesgo para la integridad de este denunciante y su familia”.
También se dejó constancia en la denuncia que su mujer “en días 09 y 09 de agosto del corriente año, ha recibido la totalidad de nueve llamados anónimos”.
La denuncia precisa que los “narcotaxis” se movilizan apoyados en el grupo local de Telegram donde se ofrece libremente todo tipo de drogas.
La denuncia y el modus operandi
Consiste en llevar pasajeros “portadores de drogas ilegales, haciendo un recorrido por distintos puntos de la localidad, con agenda previamente cargada de los clientes compradores de tóxicos, en diferentes domicilios que son indicados al conductor, quien detiene su marcha en cada uno de los lugares donde desciende el “dealer” -coloquialmente denominado “transa”- y entrega al consumidor la sustancia previamente requerida mediante mensajería electrónica; siendo una transacción que no demanda más de 3 minutos promedio, toda vez que la operación se hace rápido porque el adicto o comprador está esperando la llegada del taxi con dinero en mano”.
“Entregada la droga, realizada la venta, el transa o vendedor sube nuevamente al vehículo e indica al taxista el próximo domicilio a dónde ir, para así continuar su marcha y distribución por distintos lugares, haciendo de esta forma paradas momentáneas que no demoran más del tiempo arriba indicado”.
Algunas veces “el transa le indica al conductor del taxi quedarse en una esquina, para no delatar con la presencia del “coche blanco” la casa en dónde se deja la droga, máxime teniendo en consideración que del domicilio no egresa ninguna persona para subir al coche”.
“La mecánica de este tipo de distribución de drogas se realiza todos los días, mayormente en horarios tarde/noche, con diferentes transas que, por la confianza que se genera en un vínculo que se repite en cada viaje, buscan siempre a los mismos taxistas para transportar y llevar las drogas a quienes esperan recibirlas; generándose así una sociedad ilícita, tácita, no reconocida en un principio, pero sí afianzada con el paso del tiempo”.
En la denuncia se aclara que “a veces ocurre que el propietario del taxi, titular de la licencia, no sabe lo que hace el chofer; dándose casos que el empleado distribuye los estupefacientes sin conocimiento del responsable del vehículo”.