Sr. Director:
Hace alrededor de 8 años atrás, Sebastián (kinesiólogo del C.E.T.) me invito a poder rodar en bicicleta adaptada, todo como parte de la atención kinesiológica, donde solamente podía andar 100 metros.
Todo mi proceso de bicicleta adaptada comenzó como rehabilitación, para luego pasar a deporte adaptado y luego a deporte adaptado competitivo, ya al hablar de deporte entra en mi vida Alejandra San Martin.
Como ya les conté en mi parte de deporte he ido escalando posiciones y me encuentro en la parte de deporte adaptado competitivo, donde del procedo de rehabilitación contemplaba rodar 100 metros y llegar al deporte adaptado competitivo y rodar 60 km y poder competir en sin fin de competencias (k superación, tría Chichi, Doble Arrayanes adaptada, carrera de Reyes, Desafío de Prefectura, carrera de Miguel, la Calle no es Tu Lugar, Yo Puedo, Corrida de Cipolletti, Aniversario de Neuquén, 7 lagos ,etc.).
Lamentablemente y por suerte para mí que me he ido superando, fui necesitando tipos diferentes de bicicletas, comencé en una bicicleta para rehabilitación con rodado muy chico y con distintos frenos de que sea accesible para competición, de esta manera llegó a mi vida la bicicleta actual, con rodado más grande, frenos de disco, cambios fácil de manipular con las manos. Es obvio que me sirvió para mi parte de deporte adaptado.
Pero llega a mi vida el deporte adaptado competitivo y se presenta la necesidad de cambiar la bicicleta, y vuelvo a encontrarme con un freno. Es cara para mí, y en el país no se fabrican, se tendría que importar, hoy está complicada la situación para todos, por eso pensé que quiero exponer mi situación a lo mejor consigo ayuda de ustedes.
Ariel Alfredo Hess
Villa la Angostura