El gobierno chileno confió que potenciará el camino realizado por los jesuitas en el siglo XVIII. La propuesta había sido presentada en Bariloche hace más de 10 años.
El ambicioso proyecto que resalta el legado de las misiones jesuitas entre Chiloé y Bariloche alcanzó un reconocimiento internacional significativo ya que, durante una reciente reunión del Mercosur, se tomó la decisión de incorporar el camino que une a Chiloé con Bariloche entre las rutas de las misiones jesuitas que previamente solo abarcaban al norte de Argentina, Paraguay y Brasil
La Subsecretaria de Turismo de Chile, Verónica Pardo, enfatizó que este anuncio brindará la oportunidad de desarrollar y promocionar varios destinos turísticos. “En todas las ofertas que hagamos ahora como marca Sudamérica va a estar la ruta jesuita considerada”, confió en declaraciones a Radio Sago.
Según medios trasandinos, desde el gobierno chileno se planea iniciar colaboraciones con los alcaldes del archipiélago para fomentar esa iniciativa y buscar financiamiento para los proyectos relacionados.
“Vamos a empezar a potenciar también el turismo religioso y eso va a permitir que internacionalmente puedan venir a ver este destino”, confió la funcionaria acerca de una propuesta que llevaba varios años como proyecto.
Según comentó Pardo, la ruta jesuita podría ser comparada con el Camino de Santiago de Compostela (España), reconocido mundialmente como un lugar de peregrinaje. “Es parte de lo que deberíamos empezar a seguir”, entendió acerca de los turistas que buscan destinos de esa naturaleza.
Bariloche
La propuesta que se presentó años atrás en Bariloche buscaba ofrecer la experiencia que los jesuitas concretaron en el siglo XVIII en la región. También reconocido como el Camino de los Vuriloches, el recorrido sigue un antiguo paso cordillerano utilizado por el jesuita José Guillelmo siguiendo los pasos que habían dado los pueblos originarios.
Oportunamente el historiador chileno Luis Bahamonde Vera señaló que los contactos entre Chiloé y los Puelches y Tehuelches datan del año 1600, pero que a partir de la inclusión de los Jesuitas se afianzó el contacto y se consolidaron los territorios. De hecho Vera también hizo hincapié en el rol de algunos de ellos, como el Padre Mascardi, dado que además de brindar enseñanza también promovieron la protección de los pueblos originarios ante el comercio de esclavos por parte de los colonizadores.
Según el testimonio de Vera, aquellos Jesuitas intentaron afianzar una puerta con la Patagonia hasta el estrecho de Magallanes a través de sus “misiones circulares” que promovieron el entendimiento entre los diversos grupos del Sur de América.
