Después de las sospechas en torno a la base que el régimen chino tiene en Neuquén, concluyeron las recorridas de funcionarios y científicos argentinos.
La primera actuación se hizo ayer, en la estación de observación del espacio profundo que la dictadura comunista china construyó en Bajada del Agrio, un paraje inhóspito de Neuquén. El funcionamiento de esa base -que en última instancia depende de las Fuerzas Armadas de ese país- había sido puesto en duda, tanto por líderes de opinión en Argentina como por el gobierno de Estados Unidos. En línea con el secretismo que rodea toda su actuación, el gobierno chino ni la estación difundió información.
De todos modos, el Gobierno emitió un comunicado oficial que precisó que la delegación argentina concluyó la visita técnica a la estación de espacio profundo de la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC) en Neuquén. La delegación estuvo integrada por la Embajada de la República Popular China y el gobierno de la provincia de Neuquén.
La comitiva oficial, que actuó a instancias del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, estuvo conformada por representantes de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Estrategia Nacional, la Cancillería, así como expertos de ENACOM y CONAE. La misma fue presidida por Alejandro Cosentino, secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, y estuvo acompañado por el secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo.
Por su parte, y en un comunicado oficial difundido por la estación europea, se indicó que participaron de la visita -además de los funcionarios nacionales- Javier De Vicente y Michel Dugast, por la ESA; Diego Pazos, por la empresa Telespazio; Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de CONAE; y Jimena Schiaffino, directora de Asuntos Espaciales y Nucleares de Cancillería.