Pasó por Villa la Angostura navegando 140 kilómetros en el Nahuel Huapi en honor a su padre

Patricio Pisano realizó la travesía en el bote “Capitán”, bautizado por ser el apodo que tiene su padre, además su abuelo fue submarinista, ratificando así el amor por la navegación que es una tradición familiar. 

La travesía que llevó a cabo Patricio Pisano fue en homenaje en vida a su padre, Roberto Pedro Pisano, quien lo inició en la náutica a principios de los 90 en San Martín de los Andes  donde fue presidente del Club Náutico por más de 7 años. El mismo Pisano explicó a LA ANGOSTURA DIGITAL que “esto me abrió la puerta a un mundo nuevo y maravilloso para mí, por ello le estaré eternamente agradecido. Bauticé al bote con el nombre, “Capitán”, apodo que se ganó mi padre por su afección a la náutica y la navegación a vela en Bariloche. Gracias capitán!”.

Bitácora de la travesía en primera persona

Pisano contó sobre su travesía que “salí de Bahía López, después de rodear la Isla Centinela puse dirección a Millaqueo, encaré el cuerpo principal del Nahuel hacia el N.O. pasando una pequeña Bahía muy reparada con una casa de madera oscura a mano izquierda, propiedad de la familia Martin según información del capitán del bote “Camahueto”.

Dijo que “a las 13 hs del primer día hice la primera escala de la travesía en playa “Reparo” frente a Isla Victoria a 17 kilómetros del punto de partida. La segunda jornada, después de hacer una breve pausa al norte de la isla Victoria y otra pausa de café en la Península Quetrihue, y luego logré llegar a Bahía Brava, en Villa la Angostura”.

Pisano explicó que “hice playa en la Isla Fray Menéndez y por la tarde antes de que oscureciera llegue al fondo del Brazo Ultima Esperanza, unos 10 kilómetros más al norte. Volví hacia el S.E. paseando por la costa oeste y acampé con algunas luces de Villa la Angostura a la vista”.

“Al amanecer del tercer día puse rumbo al fondo del brazo Rincón llegando al medio día y al atardecer, después de esperar algunas horas en una Bahía reparada al principio del Machete. Logré llegar al fondo y remonté el Rio Machete unos 1.000 metros por aguas muy calmas, pero llenas de troncos”.

Pisano contó que “antes que oscureciera estaba acampando en una playa del mismo brazo camino que el cuerpo principal. Al amanecer del cuarto día, con el lago empezando a picarse realicé una travesía de cerca de 40 kilómetros con un viento muy fuerte en popa y olas muy grandes, mmucho más grandes de las que experimenté en el lago Lacar”.

“Hice una pausa en la Bahía Chabol, conocí a parte de la familia y conocí al capitán del Camahueto el “Oso camahueto”. Después de una breve charla de fogón y de compartir información del lago puse rumbo al SE pegado a la costa Oeste, con olas y rachas de hasta 40 kilómetros por hora”.

“Llegué en pocas horas a playa “Reparo” y después de unas horas esperando que pase la tempestad, puse nuevamente rumbo al sur, con las islas de los fósiles a la vista. Llegué de vuelta a Millaqueo al atardecer y ya refugiado del peor viento hice noche en una playa junto a la Isla Centinela”.

“El cuarto día fue una jornada de remo de unas 4 horas con leve viento de proa, atravesé el canal que une Bahía López con el lago Moreno Oeste, y luego de cruzar el lago enteró, pasé debajo de otro puente que une los lagos Moreno y desembarqué en la Playa sin viento, en la cual en esta ocasión soplaba viento Puelche (del este). Recorrí más de 140 kilómetros en 4 días y medio”, finalizó Patricio Pisano.

 

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