Porque Villa la Angostura es la “Cuna de la Fe”, no solo de Neuquén sino de toda la Patagonia

Los jesuitas cruzaban solos la cordillera, sin la custodia de soldados españoles, para poder tener la confianza de las comunidades Poyas y Puelches que los esperaban en la cumbre para acompañarlos hasta el "Gran lago", hoy Nahuel Huapi.

La actual ciudad turística fue protagonista, hace más de tres siglos y medio, de increíbles historias, en su gran mayoría desconocidas y nunca puestas en valor. Una reparación histórica que sigue siendo una asignatura pendiente. Escribe Yayo de Mendieta.

 

Villa la Angostura es hoy una próspera localidad, dejó de ser la “Aldea de Montaña” para transformarse por su explosivo crecimiento en una pujante ciudad que ya supera los 20 mil habitantes y que vive del turismo y la construcción, actividad esta última pasajera, pero que hoy tiene un fuerte protagonismo debido precisamente a su desarrollo constante.

Su entorno natural, digno del asombro, atrae a miles de turistas durante todo el año, no solo de la Argentina, sino a personas que llegan de todas partes del mundo.

Sin embargo, esta localidad tiene una rica historia, tan increíble como desconocida que, de hacerse justicia, tendría que convertirse en la “Cuna de la Fe”, no solo de la provincia de Neuquén, sino de toda la Patagonia, ante los numerosos hechos históricos que ocurrieron en esta tierra, a orillas del “Gran Lago”, cuando ni siquiera existía la República Argentina como tal.

Solo por dar un ejemplo:

1 – La primera vez que se construyó una iglesia católica en forma permanente en la historia de toda la Patagonia

Fue construida en tres oportunidades y destruidas las tres veces por malones de Puelches que rechazaban la presencia de “la chiñura (la señora) en referencia al ingreso de la imagen de “Nuestra Señora de los Poyas y los Puelches” y las epidemias que azotaron la región, debido a que las machis culpaban que su presencia causaba estas terribles enfermedades que diezmaban la población indígena. La última iglesia fue construida por carpinteros y madera que se trajo desde Chiloé y destruida en noviembre del 1717.

2 – La primera vez que se entronizó una imagen original en el altar de la primera iglesia, que estuvo durante más de 19 años

Fue enviada por el Conde de Lemos Virrey del Perú, Conde de Lemos, al jesuita Nicolás Mascardi en reconocimiento por su incansable y sacrificado trabajo. Primero fue entronizada (en 1671) como Nuestra Señora de los Poyas, luego (1702) por Felipe de la Laguna que rebautizó “Nuestra Señora de los Poyas y los Puelches” -en un intento por unificar estas dos comunidades que vivían divididas por el “desaguadero” (río Limay), y finalmente se la llamó “Nuestra Señora del Nahuel Huapi”, nombre que perdura hasta nuestros días y cuya imagen original está actualmente en la Iglesia de Achao, Chiloé, Chile.

3 – La primera vez que los jesuitas enseñaron a las comunidades indígenas a leer, escribir y el catecismo, en una precaria escuela que tuvo más de 15 años de existencia

Juan José Guillelmo y Felipe de la Laguna fueron los misioneros que durante la segunda y próspera etapa de esta misión jesuítica (1702-1717) daban clases de catecismo, enseñando a leer y escribir.

4 – La primera vez que se creó “un pueblo” (misión jesuítica) que llegó a tener casi 200 habitantes en forma permanente, quienes profesaban el catolicísimo y tenían misa 3 veces por día

Los documentos escritos por los padres Juan José Guillelmo y Felipe de la Laguna reflejan que, en su mejor momento, la Misión llegó a tener unas doscientas personas en total, con varias construcciones como corrales, galpones, casas para las familias indígenas y casas para los padres, además de una iglesia – que fue destruida en tres oportunidades- y hasta una biblioteca que llegó a contar con unos 300 libros que fueron enviados especialmente desde Europa.

5 – Primera vez en crear y mantener en forma permanente los “Campos de Dios”, predios comunitarios donde se cultivaba maíz y trigo

Se trataba de cultivos cuya cosecha se repartí en partes iguales entre todos los integrantes de la comunidad, además cada familia solía tener su propio cultivo que era específicamente para uso personal. En el caso de la Misión “Nahuelhuapi” se destaca en un documento enviado por el padre De la Laguna al Vaticano su satisfacción al ver “el hondar amarrillo de las espigas de trigo y maíz que se produce con la caída del sol en el “Gran Lago”.

6 – Primera vez en la historia de la Patagonia que el Vaticano tuvo un “servicio de correo” para ir hasta el puerto de Valdivia

Salvo en el invierno, se estableció un hombre que hacía a caballo el correo que salía todos los meses desde Chiloé (Colegio de Castro) para pasar por Calbuco, Osorno, y cruzar la cordillera para llegar a la Misión Nahuelhuapi, para luego ir hasta el puerto de Valdivia, con destino a Roma. Las cartas solían tardar entre 4 y 6 meses y lo mismo en llegar las respuestas.

7 – La primera vez que el Vaticano, mediante una orden directa del Papa, se enviaron fondos a esta región desde Roma para afianzar y desarrollar este pueblo católico en pleno crecimiento.

Le otorgó 2.000 pesos anuales y 500 tablas de alerce para mejorar las construcciones, además de carpinteros de Chiloé para hacer las obras. El padre Gaspar López fue el encargado de ir a buscar el dinero que llegó en barco al puerto de Valdivia. Esto le costó la vida, pues el barco llegó con atraso y ya había iniciado el invierno, pese a ello decidió cruzar en soledad la Cordillera con más de un metro de nieve, lo que al llegar a la misión Nahuelhuapi le produjo la muerte a causa de una fuerte pulmonía.

A esto se le suman otros hechos históricos que también ponen a la Misión “Nahuelhuapi” como centro de acciones inéditas que aún hoy permanecen en el olvido en nuestros libros de historia, solo por dar otros ejemplos:

1 – La primera vez que ingresan ovejas a este territorio (Península Huemul), hoy un animal que es símbolo de la Patagonia toda.

2 – La primera vez que ingresan vacas, por gestión de los mismos jesuitas, y que a partir de ahí se fueron reproduciendo y extendiéndose hacia el sur.

3 – La primera vez que se ingresan y se siembran plantas de manzanos, hoy muchos lugares de nuestra localidad y región llevan su nombre. La iniciativa fue del jesuita Nicolás Mascardi, en 1672.

Video del documental “La Misión Nahuelhuapi 1671-1717”

Yayo de Mendieta

Autor de “La Misión Nahuelhuapi 1671-1717” (2003)

Villa la Angostura

 

 

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