La reciente decisión del presidente de Parques Nacionales de implementar una transformación digital en los servicios turísticos, prescindiendo de la figura de guías de turismo formados, ha generado una profunda preocupación en el ámbito académico y profesional.
Este cambio, que busca digitalizar las experiencias en áreas protegidas, ha sido duramente criticado por instituciones clave como el Consejo de Decanos y directores de Carreras de Turismo (Condet), los Colegios Profesionales de Turismo de Argentina, y la Asociación Nacional de Estudiantes de Turismo (ANET). Según estas entidades, la medida amenaza no solo la preservación del patrimonio natural y cultural, sino también la calidad de los servicios turísticos y la relevancia de la formación académica en el sector.
Impacto Académico: Un Desaliento a la Formación Profesional
El decano de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y presidente del Condet, Carlos Espinosa, expresó su preocupación por el efecto que esta medida podría tener en las futuras generaciones. «Este tipo de anuncios parece ir en sentido contrario, generando el desaliento de los estudiantes para que decidan en la formación en turismo como proyecto de vida, con un horizonte de futuro», señaló Espinosa.
La exclusión de los guías formados como actores clave en los servicios turísticos desacredita años de formación académica y profesional en universidades como la UNCo, que prepara a los futuros líderes del turismo bajo estándares internacionales. Este panorama podría desmotivar la vocación de quienes ven en el turismo una actividad estratégica para el desarrollo del país, como lo establece la Ley Nacional de Turismo 25.997.
El rol insustituible de los guías formados
Los guías de turismo son más que acompañantes para los visitantes; representan un elemento central en la preservación y transmisión del patrimonio natural y cultural.
Su formación les permite:
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Interpretar el patrimonio: Traducir la riqueza de los ecosistemas y las tradiciones culturales en experiencias significativas y educativas.
Garantizar la seguridad: Supervisar actividades y minimizar riesgos en entornos protegidos.
Construir calidad y marca: Asegurar que los destinos turísticos se destaquen en un mercado competitivo gracias a la profesionalización de los servicios.
La digitalización de las experiencias, sin acompañamiento humano, no puede reemplazar la interacción directa ni el conocimiento especializado que los guías aportan, dejando un vacío crítico en la experiencia del turista.
Riesgos de la transformación digital como fin único
Aunque la transformación digital puede ser una herramienta poderosa para modernizar el turismo, Carlos Espinosa advirtió sobre los riesgos de considerar esta estrategia como un fin en sí mismo. Según el académico, este enfoque «soslaya la historia y tradición del país en la gestión de áreas protegidas por su valor natural y cultural». La digitalización sin integración con el talento humano calificado desvirtúa la esencia del turismo, reduciéndolo a una actividad limitada en impacto cultural y ambiental.
Además, priorizar el volumen de turistas sobre la calidad de las experiencias pone en peligro la conservación de los espacios protegidos y desatiende la importancia del conocimiento en la creación de circuitos y recorridos sustentables.
Consecuencias para el patrimonio y la competitividad
La medida también puede tener efectos negativos en el posicionamiento de Argentina como destino turístico competitivo. En un contexto global donde los países compiten por diferenciarse con productos turísticos de calidad y personal calificado, la exclusión de los guías formados debilita la capacidad del país para ofrecer experiencias únicas y seguras.
Sin guías formados, los Parques Nacionales corren el riesgo de convertirse en espacios de explotación turística sin criterios claros de conservación, seguridad y calidad. Esto podría generar un deterioro en la percepción internacional de los destinos argentinos y comprometer la sostenibilidad a largo plazo.
Un llamado a repensar las políticas públicas
Frente a este escenario, las instituciones académicas y profesionales hacen un llamado urgente al Gobierno para reconsiderar esta medida y fortalecer la formación y profesionalización en el turismo. En lugar de prescindir del talento humano, las políticas deben buscar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la interacción humana, que garantice la preservación del patrimonio y la calidad de las experiencias.
En palabras de Carlos Espinosa, «cada destino trata de diferenciarse con mejores productos turísticos y personal calificado», y Argentina no puede darse el lujo de perder este estándar en un sector estratégico.
La desregulación de los guías en los Parques Nacionales representa un retroceso en la valorización de la formación académica y profesional en turismo. Aunque la transformación digital ofrece oportunidades, su implementación sin integrar el trabajo de guías formados debilita la esencia del turismo como actividad estratégica para el desarrollo del país.
La Universidad Nacional del Comahue, junto con instituciones aliadas como el Condet y la ANET, sigue defendiendo el valor del conocimiento y la profesionalización como pilares fundamentales para un turismo sostenible y competitivo. En este contexto, revalorizar la figura de los guías y su formación es esencial para preservar el patrimonio nacional y proyectar un futuro turístico alineado con la calidad y la sostenibilidad.