Biblioteca Osvaldo Bayer: “La resistencia será siempre nuestra última palabra”

Sr. Director:

La memoria, siempre rebelde!
La Biblioteca Popular Osvaldo Bayer, resguarda más que libros, me atrevo a decir que es testigo y guardián de la terquedad de un pueblo que insiste en no ser arrancado de su historia, que insiste en preguntar. En 1997 en Villa La Angostura por primera vez se marchó contra el olvido. Hoy, 49 años después del golpe que dio inicio al terrorismo de Estado, nos interpelamos a pensar: ¿cómo leer el presente con las lentes del pasado? La memoria es nuestro mapa para navegarlo.

Hoy, como entonces: el ajuste, la represión y la batalla cultural son usados para naturalizar el despojo.

Tan sólo días atrás el fotógrafo Pablo Grillo está tirado en el suelo, en nuestras calles, en las que se vuelven colectivas cuando cambiamos la lógica en la que las habitamos. Un cartucho de gas lacrimógeno atravesó su cuerpo, su historia, ahora también nuestra. Otro símbolo de este tiempo, atravesado por un gobierno que viene utilizando desde sus inicios la amplificación de los poderes de las fuerzas de seguridad como medio para dar con objetivos de orden económico. Otra vez.

El atropello al derecho a la protesta viene siendo institucionalizado desde distintos ámbitos: desde el Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, el Ministerio de Defensa con Luis Petri, y desde el Ministerio de Justicia con Mariano Cuneo Libarona. Se acuerdan cuando ya en Diciembre del 2023 discutimos sobre el Protocolo para el mantenimiento del orden público ante el corte de vías de circulación? Protocolo antipiquetes le llamaron, y comenzaron a quebrar los consensos populares.

Luego vino el Comando Unificado Urbano, conformado para integrar y coordinar a las fuerzas de seguridad a nivel nacional. Y continuaron con el explícito seguimiento y criminalización de las organizaciones sociales. No tardaron en comenzar a desplegar el aparato represor, dando con centenares de detenciones, muchas de las cuales aún siguen en trámites y han llevado incluso a meses de prisión a algunas de todas aquellas personas que decidieron manifestarse contra lo que viene siendo la institucionalización del despojo de derechos. Apareció la Ley Antimafias por sesión extraordinaria a través de Bullrich, utilizando expresiones confusas para habilitar la detención de personas sin necesidad de imputación de delitos concretos. Ciberpatrullaje y despliegue de tecnologías de vanguardia para potenciar los mecanismos de vigilancia social. Compra de armas, municiones, picanas táser, gas amarillo.

Un Estado que se armó contra su pueblo. Otra vez.

Según el informe elaborado y presentado este mes por CORREPI, ya en los primeros 14 meses de gobierno tenemos 143 casos de gatillo fácil registrados, 124 ocurridos en 2024.

Otro dato clave, en ese mismo lapso se registraron 19 muertes de mujeres en manos de las fuerzas de seguridad, clasificando 10 como femicidios.

Estamos viendo cómo todo este aparato represivo se cierne en el ataque a las políticas de Derechos Humanos. Ya la Ley Bases comenzó la sistematización del agrietamiento del sistema de derechos y garantías que se había institucionalizado con mucho esfuerzo post dictadura. Están profundizando el ataque a las herramientas inherentes a las sociedades humanas, la organización y la colectivización de nuestras necesidades y deseos.

Mientras tanto, un estallido de precarización y desocupación, reestructuración del mercado de trabajo, destrucción de la industria nacional.

La alerta es clara y está escrita en nuestra memoria. Hoy, como entonces, todo es parte de la misma matriz.

Sabemos que las distintas formas de represión estatal cernidas sobre el pueblo, han perseguido y persiguen propósitos claros, que lejos de ser errores, se tornan estrategias para efectivizar la aplicación de políticas que moldean un proyecto de país particular.

Disciplinamiento de los cuerpos.

El modelo económico de la dictadura cívico-militar no podría haberse aplicado de otra manera que no fuera con la persecución del sector obrero y grupos militantes. La tortura y desaparición forzada de más de 30.000 compañeras y compañeros debe entenderse y recordarse como un ensamblaje complejo de la política de despojo que produce modelos de mundo donde impera la racionalidad extractiva, y con ella la reproducción del orden patriarcal, colonial y capitalista.

Una sociedad como la de aquél momento, con un alto grado de organización sindical, estudiantil y política con capacidad de movilización, era obstáculo para el plan de reestructuración económica que aplicaron.

En Abril de 1976 Martínez de Hoz destacó en su discurso como Ministro de Economía de la dictadura cívico militar instaurada, “12 puntos fundamentales” a través de los cuales señaló “se puede medir la profundidad de la transformación” que llevaron a cabo. Libertad de precio, libertad de comercio exterior, la liberación de los alquileres, la libertad para las inversiones extranjeras….De los 12 puntos nombrados, en 9 de ellos se menciona la palabra “libertad”, dotada del mismo sentido que hoy utiliza el presidente Javier Milei. Libertad para el extractivismo.

Rodolfo Walsh, en su Carta Abierta a la Junta Militar, decía “en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”

Este nuevo gobierno también asume en el 2023 trayendo un plan de reestructuración de los vínculos jurídicos entre las personas y el Estado, presentado a través de términos claves como desregulación o ajuste, pero resultando en verdad en un andamiaje regulatorio que alcanzó a gran parte de la infraestructura legal y significa la restricción de los derechos de los sectores sociales más desprotegidos y mayoritarios, así como la ampliación del poder de otros, como lo son las cúpulas empresariales.

Negocian nuevos límites, y si no pueden los imponen. Se jactan de los ajustes, los despidos, justifican la violencia y no titubean en hacer temblar los cuerpos de nuestros mayores, los antiguos.

Llamamos a la inquietud, a la pregunta, a moverse de la incomodidad. A hacerlo en colectivo, agrupados.

Me parece importante retomar el concepto sobre el territorio que aprendemos de los pueblos originarios, en tanto se presenta como un espacio de continuidad entre los cuerpos y su lugar habitado, un entramado sin principio ni final, sin exterior o interior. Desde allí volver a interpretar la violencia sistémica ejercida sobre los pueblos latinoamericanos desde el colonialismo, que atraviesa los cuerpos para llegar a los territorios. Así, la defensa social de la memoria es, entonces, mucho más que la defensa de símbolos y políticas públicas. Puede ser la forma de defender la posibilidad misma de la disidencia, de la organización, de la diferencia.

Lo que está en juego no es solo el modo en el que relataremos y recordaremos lo que ocurrió en la última dictadura, sino lo que como sociedad consideraremos como aceptable y no aceptable en el futuro.

Y en este contexto social, ahora que intentan desmantelar los espacios de memoria, ¿qué queda de nosotros? Aquellos sitios donde la historia nos interroga en sus silencios, hoy cargan el olvido impuesto. Por eso la memoria es un acto político, un acto de creación y resistencia. Recordar, el gesto que sostiene el tiempo y nos permite seguir preguntando ¿Qué haremos con este presente que insiste en olvidarse de sí mismo?

Este 25 de Marzo, un día después de encontrarnos miles y miles en las calles de todo el país, la destrucción de la escultura de Osvaldo Bayer en la provincia de Santa Cruz, hizo eco en cada rincón.

A qué le tienen miedo? Temen que recordemos? Ninguna casualidad histórica. Tendrá efecto multiplicador en quienes supimos entender que la Patagonia es tierra rebelde, la misma tierra de los peones rurales fusilados, del pueblo mapuche perseguido, de las huelgas que sangraron en el Sur.

Bayer, el historiador que caminó el exilio por denunciar las masacres en la Patagonia, está en la tierra que pisamos, en las preguntas que no callamos. Lo que intentan borrar con las manos, resurge con más fuerza en la piel colectiva. Osvaldo nos dejó un mapa de las heridas que el pueblo vivió, las que heredamos, y hoy siguen siendo semillas.

El Sur no pedirá permiso, relataremos las historias de los pueblos cada vez que sea necesario. Esa tierra maldita para los poderosos sigue escribiendo su historia con las manos curtidas por el viento.

En la biblioteca Bayer están sus libros, sus huellas, parte importante de su legado. Esta semana vuelve otra edición de la Catedra Libre Osvaldo Bayer, invitados todos a reencontrarnos para hacer memoria, y construir otros futuros posibles.

El artista que ha realizado la escultura, Miguel Jerónimo Villalba, nos ha compartido el archivo vectorizado original de la misma, y en red, buscaremos que su imágen vuelva a las calles multiplicada.

Es momento, más que nunca, de volver a poner en valor los acuerdos sociales que parecen agrietados. La memoria de los nuestros nos empuja cuando estamos cansados. La resistencia será siempre nuestra última palabra.

Nunca más.

Compartimos esta imágen realizada por el ilustrador punk Max Vadala. Gracias por la rebeldía!

Biblioteca Popular Osvaldo Bayer

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