Lautaro Taibo escribe ante lo sucedido en un hotel de Bariloche que dejó un saldo de tres turistas fallecidos y se pregunta “¿habrán sido éstas las secuelas que dejan las consignas que priorizan las “ganancias de unos pocos a expensas de la depredación de la naturaleza”?
Sr. Director:
Una conocida frase dice “si un accidente se puede prevenir, entonces no es accidente”. Esto refleja perfectamente lo que sucedió y continúa sucediendo en la ciudad de Bariloche (y en nuestro país). Medios como Infobae mencionaron que las causas del alud fueron “la sequía durante el verano, poco arraigo de los árboles -debido a misma- y, a la vez, las lluvias muy intensas”. Asimismo, publicaron la afirmación de “peligrosidad hay siempre. Es la montaña, esto es así”. El diario también mencionó que el “municipio y muchos arquitectos no tomaron estudios” (realizados por organizaciones ambientalistas). Por su parte, el diario La Nación, luego de reproducir toda la propaganda positiva que el complejo presentaba en sus redes sociales, terminó sus notas culpando a la “gran cantidad de agua que cayó en las partes más bajas de la ciudad”. TN hizo lo mismo que La Nación; remarcó aspectos positivos del hotel y especialmente la frase cabecera del complejo; “entorno de seguridad y confianza”.
¿Pero qué se esconde detrás de estas muertes? ¿Qué es lo que ocultan estos medios? ¿Es solamente la naturaleza con su fuerza decidiendo aleatoriamente quien vive y quien muere? El problema es mucho más grande que un alud aislado que mató a tres personas; se trata de una forma de ver a los sectores gobernantes y empresariales pero, principalmente, a “la economía, la sociedad y el medio ambiente”. Llaman desastre natural al exceso del empresario que, no solamente hizo oídos sordos a los llamados de atención de las organizaciones sociales, sino que, también violó la orden de suspensión de esa construcción, realizada por el municipio de la ciudad.
Estos diarios responsabilizaron al “gobierno y a la naturaleza”, sin mencionar que el hotel de 5 estrellas había deforestado un bosque cercano, que era el que contenía la fuerza de las lluvias. Un empresario había decidido cortar, en un año, más de 423 cipreses que representan, en conjunto, 211.500 años de crecimiento (cada uno vive un promedio de 500 años) impulsados por la madre naturaleza, que a su vez fue responsabilizada por el alud.
El “Alud fatal de Villa Huinid”, en realidad, no es consecuencia de “la cantidad de agua que cayó”. No son estos los titulares que deberían figurar en los diarios. El responsable de esta catástrofe es el dueño del hotel, el empresario Claudio Roccatagliata, quien preside una de las asociaciones más importantes de empresarios de la ciudad, y decidió que el poder empresarial estaba por encima de la naturaleza y del gobierno. Es el delito de los dueños de la tierra, los dueños de la economía, los dueños de la naturaleza, los dueños de las decisiones sobre la vida y la muerte, los empresarios que violan las leyes y restricciones de los gobiernos, especulando con pagar las multas posteriormente. Estos son los responsables de esta y otras tragedias.
Entonces ¿será éste el resultado de considerar que el mercado se debe “regular sólo”, dejando la “libertad absoluta de acción a las empresas”? ¿Nos encontraremos frente a las consecuencias de repetir una y otra vez que “el estado y el gobierno deben ser mínimos y no meterse en la economía”? ¿Habrán sido éstas las secuelas que dejan las consignas que priorizan las “ganancias de unos pocos a expensas de la depredación de la naturaleza”? ¿Cuál es el rol que le damos a las organizaciones sociales, y en particular, a las ecológicas? ¿Cuáles son las consecuencias reales de la violación de la ley 26.331, de bosques nativos, que establece -en su artículo 14- la prohibición del desmonte de bosques nativos? ¿Por qué las presiones de sectores concentrados de la economía agro ganadera pesan más que la necesaria promulgación de la ley de humedales, que es vital para evitar futuros desastres naturales? ¿Cuáles son las decisiones que el pueblo argentino debe tomar para poner límites al accionar de los grandes “señores de la economía” del país? ¿serán inocentes las omisiones de los diarios Infobae, La Nación y TN así como también la incriminación de la naturaleza en el delito?
Las respuestas a estas preguntas quedan para ustedes, estimados lectores. Son sus decisiones frente a la economía, la política, el empresariado, las organizaciones sociales y la naturaleza las que determinarán si la catástrofe de Villa Huinid se volverá a repetir con características similares.
Lautaro Matías Taibo
Mg. Desarrollo estratégico
Lic. Ciencia Política
Titular de Cátedra
“Gobierno y política Legislativa-UBA”
Bariloche