Recientemente, salió publicado un artículo científico donde varios vecinos de Villa la Angostura colaboraron como científicos ciudadanos, en conjunto con investigadores del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, Bariloche), para entender cómo los jardines privados pueden beneficiar a la vida silvestre en áreas urbanas. Los resultados fueron publicados en una revista científica internacional especializada en temas de planificación urbana.
El estudio contó con el aporte de 145 hogares de Villa la Angostura, donde los vecinos se transformaron en científicos ciudadanos y recolectaron datos de las plantas presentes en sus jardines, del tamaño del jardín y la visita de aves e insectos. Gracias a esos aportes este trabajo permitió develar que tanto características propias del jardín como de sus alrededores, incluyendo una mayor cobertura boscosa, son clave para mantener las poblaciones de aves e insectos típicos de la zona.
En particular, este estudio determinó que una mayor cobertura de árboles dentro de cada jardín, en especial de especies nativas como el coihue, ñire, maitén y ciprés, pero también una mayor cobertura de sotobosque, incluyendo arbustos nativos como el maqui, calafate, michay y caña colihue, aumentaban las visitas de aves e insectos benéficos. Para el estudio, se seleccionaron especies que son indicadores de hábitats saludables, y que cumplen funciones ecosistémicas importantes.
Estos resultados resaltan la importancia de los jardines para conservar a las especies nativas y a los servicios ecosistémicos que ellas proveen, que son fundamentales en las áreas urbanas, como es la polinización y el control biológico de plagas y pestes. Estos resultados implican que, idealmente, el manejo dentro de cada jardín debe enfocarse en reducir la cantidad de césped para incrementar la superficie cubierta por árboles y arbustos, principalmente especies nativas, eliminar el uso de herbicidas e insecticidas para mantener a las especies benéficas, y sustituir el uso de fertilizantes sintéticos por abono compostado. Pero además es importante la conexión con los jardines vecinos para ampliar el área disponible para los animales, ayudando a proporcionar un buen hábitat para la conservación de la vida silvestre
El problema en contexto: la urbanización y el beneficio que traen los jardines urbanos
La urbanización está aumentando a nivel mundial, con áreas urbanas que se expanden en detrimento de las naturales, afectando la biodiversidad y la calidad de vida de los habitantes. En la Patagonia Argentina, este es uno de los mayores problemas ambientales actuales. En este contexto, las áreas verdes urbanas traen beneficios para la biodiversidad y el bienestar humano. Además de los espacios verdes públicos, como parques y plazas urbanas, los jardines privados contribuyen considerablemente al área verde general en las ciudades. De hecho, preservar los parques urbanos es sólo una parte de la solución para mantener la biodiversidad, porque sin conexiones entre esos parques, el aislamiento y la pérdida de diversidad genética es inminente. Por lo tanto, los corredores verdes y los hábitats de jardines privados son parte importante de la planificación urbana. Pero además de ayudar en la conservación de la fauna nativa, los jardines proveen variados servicios ecosistémicos, incluyendo una mayor infiltración de agua que regula la escorrentía de las precipitaciones, fijación de CO2 para atenuar el efecto invernadero, regulación de la temperatura, aumentan el bienestar general, y aportan al control biológico de plagas y pestes urbanas y a la polinización.
Especies de aves e insectos incluidas en el estudio
Este estudio se enfocó en tres especies de aves: el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), el huet-huet (Pteroptochos tarnii) y el chucao (Scelorchilus rubecula); y dos especies de insectos: el mangangá (Bombus dahlbomii) y el pehuenche (Elaphroptera spp). Estas especies fueron seleccionadas en base a su ecología asociada a bosques en buen estado de conservación.
El carpintero gigante es el más grande de la zona, suele anidar en árboles de bosques maduros, y se alimenta de insectos que taladran la madera. Generalmente viven en familias que ocupan áreas de unas 40 has, espacio que necesitan para obtener el alimento y otros recursos para su supervivencia. El huet-huet y el chucao son aves que andan por el suelo, y tienen una capacidad limitada para dispersarse entre parches del bosque. Por esta limitación, requieren corredores con vegetación densa para mantener sus poblaciones. Ambas especies suelen alimentarse de insectos del suelo y de la vegetación.
En cuanto a los insectos, el mangangá es el único abejorro autóctono de la región, que desempeña un papel fundamental en la polinización de plantas en los bosques y actualmente se encuentra en peligro de extinción debido a los efectos directos e indirectos de dos especies de Bombus introducidas. Hay dos especies de pehuenche abundantes en la región que no son fácilmente distinguibles, sin embargo comparten requisitos de hábitat ya que las larvas de ambos son parasitoides de larvas de coleópteros herbívoros y son esencialmente habitantes del bosque, con hembras no voladoras que son dispersadas por machos durante el apareamiento.
FOTO: Imagen de las especies seleccionadas para este estudio: huet-huet (a), carpintero gigante (b), chucao (c), mangangá (d) y pehuenche (e, se ve un macho alado enganchando a una hembra negra sin alas, curvada debajo). Fotos de Pio Marshall, Facundo Vital, Gonzalo Ignazi y Luciana Elizalde
Además de estas especies, los residentes de Villa la Angostura observaron un promedio de 9.2 y hasta 20 especies de aves en sus jardines, lo que representa un 44% de las especies reportadas para el área natural circundante. Incluso en el casco urbano y barrios cercanos, es posible observar muchas especies de aves autóctonas. Sin embargo, en la zona céntrica se observaron algunas aves exóticas como la paloma común y el gorrión, que están ampliando su área de distribución en los últimos años.
Los beneficios de los jardines urbanos para los habitantes
Finalmente, el estudio determinó el valor de los jardines para los habitantes de Villa la Angostura durante la cuarentena de COVID-19, para evaluar si los propietarios los apreciaban más cuando no se permitían las actividades al aire libre, aumentando la conciencia sobre el valor de la naturaleza para el bienestar. Los resultados mostraron que los residentes de Villa la Angostura valoran mucho sus jardines, incluso en un lugar rodeado por un Parque Nacional bien conservado, donde abunda la naturaleza.
En cuanto a las actitudes de las personas hacia los jardines y la vida silvestre que los habita, el estudio encontró que los residentes disfrutan más de las aves que de los insectos, lo que puede explicarse por la facilidad de observación, el atractivo y aspectos culturales. Sin embargo, debemos hacer un fuerte trabajo contra estos prejuicios para contribuir a frenar la crisis de la biodiversidad de insectos (ver más información aquí: https://agendaverdeangostura.blogspot.com/2021/09/los-insectos-tambien-estan-en-crisis.html), y los jardines pueden hacer mucho en ese sentido, estimulando la instalación de recursos para insectos, como flores y tocones de madera, y evitando la aplicando de insecticidas.
Los beneficios que la naturaleza aporta al bienestar general y la salud mental y física, están cada vez más comprobados científicamente. Entre ellos se incluyen una reducción considerable del estrés y mejoras directas e indirectas en el sistema inmune. De hecho, otro estudio reciente muestra que las mejoras indirectas en el sistema inmune pueden estar dadas por la adquisición de bacterias intestinales que mejoran la inmunidad en personas en contacto con la naturaleza de sus jardines, ya sea realizando actividades recreativas o de plantación y jardinería.
La importancia de la ciencia ciudadana
La ciencia ciudadana es la toma de datos por ciudadanos no formados en ciencia, pero que contribuyen significativamente al avance de ésta. Además del aporte de valiosa información, es un mecanismo por el cual las personas pueden conectarse con la naturaleza para fomentar el conocimiento ambiental, la preocupación y el comportamiento a favor de la conservación.
En el caso de este estudio en particular, la colecta de datos por los científicos ciudadanos de Villa la Angostura hizo posible que se realizara el estudio, dado que la obtención de información dentro de los jardines no es posible sin el consentimiento de los propietarios, sumado a que el estudio fue realizado durante el aislamiento obligatorio por COVID. Con la ciencia ciudadana, se obtuvieron respuestas cubriendo la mayoría de los barrios de Villa la Angostura. De lo contrario, sería muy laborioso recopilar ese conjunto de datos por parte de los investigadores o incluso sería imposible debido a que los propietarios no permiten el acceso a sus jardines y a las restricciones de COVID-19. Además, las observaciones de aves e insectos por parte de los residentes agruparon los registros de un período de tiempo más amplio que lo que cualquier par de visitas de un investigador lograría.
Implicancias del estudio: manejo de jardines para la conservación del paisaje
Estos resultados, junto con los estudios disponibles de jardines como hábitats para la vida silvestre en otros países, sugieren que las prácticas de manejo de jardines y el contexto del paisaje son relevantes para mejorar la calidad del hábitat. Así, los jardines podrían desempeñar un papel clave para la conectividad de la población de vida silvestre y como herramientas de conservación para la biodiversidad. Sin embargo, la gestión de tierras privadas propiedad de muchos residentes urbanos diferentes hacia un objetivo de conservación representa un gran desafío. Por lo tanto, información como la generada con este estudio puede contribuir a informar a los residentes y gobernantes sobre la relevancia de los jardines amigables con la vida silvestre para el bienestar humano y la conservación de la naturaleza. Las prácticas de manejo amigables con la vida silvestre dentro de los jardines podrían ayudar a adaptar las preferencias de los propietarios individuales a un objetivo de conservación común.
En el caso puntual de este estudio, reveló que los jardines de todos los barrios de Villa la Angostura, incluso los más céntricos y con mayor densidad poblacional, aún reciben las visitas de aves e insectos propios del bosque. Esto es así porque todavía hay conexión entre los diferentes jardines, lo que conforma un área verde más grande de lo que cada jardín aislado representa. Esto es muy importante a considerar en la planificación urbana actual, especialmente debido al gran incremento de la construcción que atraviesa la localidad. Es posible, con criterios mínimos de planificación urbana, lograr que a pesar del crecimiento habitacional, todos los jardines de Villa la Angostura sigan aportando a la conservación de especies del bosque y a la provisión de servicios ecosistémicos, sumando su granito de arena al bienestar general. Así, cada angosturense puede convertirse en un conservacionista aportando desde su propio jardín, y seguir disfrutando del privilegio de ser visitado por estas especies.
Este proyecto de investigación continúa evaluando la función de la conectividad entre los jardines y los beneficios que aportan ciertas prácticas de manejo dentro de los jardines. Todos los angosturenses que estén interesados en participar del estudio, pueden escribirnos a [email protected]
Se puede acceder al artículo científico a través de este link: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S016920462200130X