Dos mujeres rurales de Traful y Cuyín Manzano fueron premiadas por la provincia

Ana Cerda, de Ramón Castro, también ganó con su proyecto “Pequeños aportes para mitigar el daño ambiental por sobrepastoreo y efectos de la sequía a través del uso de alambrados”.

Se trata de Chamorro Chandia, de Cuyín Manzano, artesana, hilandera y tejedora, junto a María Loreto Campbell, de Cabalgatas AUCA de Villa Traful. En total fueron 5 las premiadas.

 

El ministerio de Producción e Industria otorgó cinco premios individuales y uno colectivo a productoras y emprendedoras rurales que ganaron el concurso de proyectos que celebra cada año la subsecretaría de Producción y el Centro de Desarrollo Económico de la Mujer (Cedem) -ambos dependientes del ministerio de Producción e Industria-; el Banco Provincia del Neuquén (BPN), y la Fundación Atreuco.

La organización otorga como galardón un incentivo económico de 120 mil pesos para los proyectos individuales y de 300 mil pesos para los proyectos asociativos. Según lo definió el ministro Facundo López Raggi, la finalidad es “que las mujeres rurales se animen a generar ideas proyecto para algún desarrollo productivo o para fortalecer alguno que vienen desarrollando”.

Detalló que en una etapa posterior se realiza la selección y se les brinda acompañamiento técnico y financiamiento para ese proyecto que quieran desarrollar, y destacó que el financiamiento desde el ministerio se evalúa con perspectiva de género”.

Los proyectos ganadores

El grupo “Apicatalán” obtuvo un premio en el proyecto colectivo y un aporte de la Fundación de Estudios Patagónicos que los proveyó de indumentaria. Proveniente del paraje Lonco Luan, el proyecto representó a 11 productoras apícolas de la comunidad Catalán. El destino del premio será adquirir 5 tambores, 10 trajes completos e insumos para la actividad.

El grupo de apicultoras comenzó en 2021 luego de una capacitación apícola que solicitó la comunidad. Tienen como objetivo abastecer el consumo familiar de miel, ampliar la capacidad de producción para la posterior venta local de la miel, reforzar los lazos del trabajo comunitario dentro del Lof, ampliar el conocimiento de los distintos productos de la colmena, reafirmar la pertenencia al territorio generando arraigo territorial, y aportar a la biodiversidad y al cuidado del ambiente.

“Queremos poder realizar este colmenar, este sueño, porque así lo vemos varias/os compañeras que somos parte del grupo, como un sueño que se nos hace realidad”, manifestaron las integrantes del grupo.

Explicaron que “la apicultura es una actividad históricamente realizada por hombres, en la actualidad con el cambio del rol de la mujer en la economía tanto en el hogar como en la economía regional, vemos la Apicultura como un medio para incentivar a otras mujeres a realizar esta actividad como medio de vida”.

“El modelo de apicultura que estamos intentando practicar se basa en una lógica comunitaria, que intenta ser respetuosa con el entorno, se quiere poner en valor tanto el trabajo comunitario como el cuidado del medio ambiente”, ampliaron.

En cuanto a los premios individuales, Teresa Chamorro Chandia fue una de las ganadoras con “Desovillando mi pueblo”. Es de Cuyin Manzano, artesana, hilandera y tejedora.

El objetivo del proyecto es adquirir una cardadora manual para optimizar los tiempos de producción de las prendas que realiza. El proceso incluye cada una de las etapas que van desde la obtención del vellón hasta la confección.

La emprendedora comenzó desde que era muy pequeña y comenzó a ayudar a lavar los vellones a su abuela. Se inició vendiendo a turistas que llegaban a la zona, luego comenzó a recibir pedidos específicos. Hoy cada turista que llega a Cuyin Manzano tiene la posibilidad de ingresar al taller y observar y palpar casi todo el proceso.

“Lo que me mueve a producir es el trabajo en sí mismo. Cada prenda realizada posee un sentir que muchas veces es inexplicable. Cada prenda y trabajo final se lleva mi vida, mis sentimientos, mi amor por lo que hago, mi tiempo, mi transcurrir por este mundo. Es lo que sé hacer de la mejor manera y trato de poner todo de mí”, expresó Teresa.

Berta Martín, del paraje San Ignacio-Catán Lil, también ganó el concurso con su proyecto “Berta e Hijos”, que buscó adquirir insumos para el mejoramiento de su galpón a fin de aprovecharlo para diversas actividades, como para la venta conjunta de animales de refugo y pelo, y nuevas capacitaciones para integrantes de la comunidad.

Es criancera, principalmente caprina pero también bovina. “Mi dedicación es la cría de animales. Soy criancera y ando atrás de los animales desde que pude caminar sobre mis dos pies. Aprendí el oficio con mi padre en la comunidad y cuando formé familia me armé de mi propio piño de chivas criollas”, contó.

Luego de realizar mejoramiento genético logró obtener un pelo de excelente calidad. Su principal inspiración es dejar un buen piño de chivas de angora a sus hijos para que puedan seguir viviendo en el campo, produciendo y vendiendo bien. “Lograr darles a mis hijos y nietos, la alternativa de seguir viviendo y trabajando en el campo. Me imagino logrando esa continuidad”, se esperanzó Berta.

Además, “el hecho de poder realizar mejoras en la infraestructura productiva posibilita hacer un manejo adaptativo al cambio climático”, señaló.

Ana Cerda, de Ramón Castro, también ganó con su proyecto “Pequeños aportes para mitigar el daño ambiental por sobrepastoreo y efectos de la sequía a través del uso de alambrados”.

Ana es criancera caprina y también tiene algunas gallinas. Su actividad consiste en la cría extensiva de cabras criollas de carácter trashumante. Con este proyecto buscó adquirir rollos de alambre de mediana resistencia para armado de una pequeña parcela destinada a la conservación del pastizal y manejo ganadero.

“Nací en el campo, me gusta el campo, trabajé de esto que es lo que me gusta y lo que aprendí a hacer. No me puedo imaginar hacer otra cosa que no sea cuidar a mis animales y mis plantas”, indicó Ana.

Ella quiere aumentar y modernizar su infraestructura para producir más y mejor, y poder dedicarle tiempo a mejorar otros aspectos productivos que hoy no puede desarrollar por la cantidad de tiempo que le lleva arrear a sus animales.

“Mi principal motivación es vivir del campo y de mi producción lo más digna y sanamente que pueda. Para que esto sea posible debo poder vivir con mis animales en armonía con la naturaleza, tratando de que mi paso no genere impacto negativo en el ambiente, de no sobrepastorear el pastizal, tratando de mejorar las aguadas y de plantar la mayor cantidad de plantas que pueda”, expresó.

“Soy consciente de que debo aportar en las pequeñas acciones para mitigar el impacto que puedo estar generando, por eso es que he plantado árboles y plantas nativas en mi veranada”, concluyó Ana.

María Loreto Campbell, de Cabalgatas AUCA de Villa Traful, ganó otro de los premios individuales. Es guía de cabalgatas y profesora de inglés. Con su proyecto busca infraestructura para la realización de un cobertizo.

Su emprendimiento es un proyecto ideado para el tipo de turismo interactivo y vivencial; y su objetivo principal es acercar al visitante de Villa Traful y del corredor de Los Lagos a la naturaleza ofreciendo una experiencia diferente en contacto con caballos.

Todo comenzó como un centro de rescate de caballos maltratados. Luego, al comprobar el costo de su mantenimiento, surgió la idea de ofrecer las cabalgatas para concientizar a las personas acerca del buen trato hacia los animales. Se trata de un emprendimiento familiar, que incluye a dos hermanas y algunas amigas y alumnas del CPEM 91 de Villa Traful, donde dicta clases.

“Al contar con un cobertizo podré extender durante varios meses más la oferta de servicios para la localidad, ya que permite cubrir las monturas y los caballos. De esta forma se pueden ensillar los caballos secos y darles una mayor protección”, contó María.

“A futuro, me gustaría lograr tener una granja educativa junto a un centro de recuperación de animales silvestres y domésticos. Lograr un espacio para visitantes, grandes y chicos, para disfrutar del aire libre y aprender”, indicó.

Rosa Isabel Oviedo, de “Alma De Tierra” de El Huecú, es docente rural jubilada, artesana y productora. Con su proyecto ganador podrá obtener insumos y equipamiento para la producción de objetos de cerámica.

Su misión es aprovechar los recursos de la naturaleza como plantas y arcillas para poder crear objetos y vasijas, y trasmitir conocimientos de las culturas ancestrales. Utiliza arcilla de la zona de El Huecú, donde vive, y otras provenientes de Colipilli.

“La principal inspiración y lo que me movilizó a producir fue la experiencia familiar, su estilo de vida y longevidad: vivir de los productos de la tierra, haciendo culto del esfuerzo propio aunque cueste. Este aprendizaje hizo que nuestros hijos recibieran el ejemplo de que todo es posible, aunque haya que trabajar el doble”, reflexionó.

“Me gustaría que la gente vea que para alimentarse, cuidar el medio ambiente, proveerse de materiales de construcción y ocupar el tiempo libre, debe valorar y amar el lugar donde se nace, crece, vive, y la mayoría de las veces pasa a otra dimensión. La tierra lo da todo. Sólo se debe potenciar su energía”, manifestó.

Premio especial del BPN y reconocimientos a los participantes

También, en el evento central del 15 de octubre en casa de gobierno, el BPN otorgó una mención especial a Johana Geldres, que presentó el proyecto “Trenzando Sueños Con Tientos” desde La Salada (Chos Malal).

Johana es artesana en cuero y productora agropecuaria. Su proyecto apunta a conseguir materia prima para aumentar su producción y materiales para finalizar el taller, donde realiza trabajos en cuero crudo y talabartería. Indicó que “mi gran deseo es ser reconocida como artesana y llevar mis trabajos a distintos lugares de la provincia y venderlos”.

“Deseo lograr que mis productos sean de buena calidad y terminación. Dado que es una actividad mayormente realizada por hombres, mi sueño es ser la referente mujer de la talabartería en la zona norte de la provincia”, expresó.

Para las autoridades del Ministerio de Producción e Industria también fue importante reconocer a quienes llegaron a las últimas instancias, alentándolas a seguir participando en la próxima edición del concurso. En este sentido fueron destacadas las productoras Oriana Berra, Magdalena Tralaman, Glenda Reta, Florencia Antolín Baigorria, Ana María Puel, María teresa Barriga, y el Grupo de mujeres elaboradoras de queso de La Salada.

 

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