Un helicóptero que combatía los incendios en Quillén perdió el control, cayó y murieron los dos tripulantes. Se trataba del piloto y de un mecánico que viajaban en una aeronave de las contratadas por el gobierno provincial para sofocar las llamas que llevan más de una semana azotando a esa zona cordillerana, situada en cercanías a la localidad de Aluminé.
Según fuentes oficiales, todavía se desconocen los motivos por los que el helicóptero se precipitó a tierra y los investigadores comenzaron la tareas para determinar cuáles fueron las causas que desataron esta tragedia, que le suma dramatismo al desastre natural y ecológico que ya causó el fuego, con más de 6 mil hectáreas arrasadas.
En los focos, trabajan 150 brigadistas y 3 aviones para terminar de apagar las llamas que se iniciaron tras la tormenta eléctrica. Antes de la tragedia, los helicópteros que estaban en funciones eran cinco.