Sr. Director:
El centro de operaciones de lucha por los reclamos mapuches en territorio argentino -y también chileno- se encuentra enclavado desde el año 1978 en domicilio británico, tocando a la puerta nº 6 de Lodge Street, Bristol, Inglaterra.
Es así, sin anestesia, fuerte como suena; que duele saber, hiriendo el alma, que la cúspide de las directivas de la lucha territorial mapuche que se lleva a cabo en la Patagonia Argentina, donde se observan por estos tiempos planes sistemáticos de usurpaciones sostenidas en zonas claves para el desarrollo energético y estrategias de seguridad del país -incluyendo algunos actos de terrorismo que se ejecutan en estos suelos-, vienen impartidas desde una ciudad de habla inglesa, a minutos de recorrido de la capital londinense.
La llamada “Mapuche International Link” (“The Mapuche Nation”) tiene sus oficinas en el corazón de un reino invasor, ese mismo que ha usurpado las islas del atlántico sur, y que pretende expandirse hacia la Antártida y el propio continente.
Desde la primera ingenuidad, uno podría pensar que la comunidad indígena tendría que haberse buscado un lugar más apropiado para establecer el centro principal de operaciones de sus líderes; por decir, algún estado más conteste a la bandería ideológica que proclaman en cada uno de sus actos públicos, donde no faltan abrazos a recetas socialistas y populares, esbozando altivos epítetos anti imperialistas.
Pero no, los mapuches prefieren Inglaterra como sede central de sus operaciones, desde donde mejor erigir inteligencias y estrategias para el continente austral, dado que en materia de invasiones tienen cerca a los mejores profesores de cultura anglosajona; y desde allí pintando el colorido mapa que denominan “Reino de Araucania”, proyectándose apropiar de absolutamente toda la Patagonia Argentina.
Pasado el asombro inicial, y mediante un análisis más preciso de la situación contextual que estamos viviendo -padeciendo- en estas tierras prometidas, únicas en el mundo no solo por sus bellezas extraordinarias, sino también por los yacimientos de gas, petróleo, minerales, oro, uranio, y agregadas las reservas de aguas puras en lagos de inconmensurable valor para la humanidad -casualmente, todo lo que a ritmo gradual empieza a faltar en el planeta-; advertimos que los militares ingleses y dirigentes mapuches utilizan como técnica común en sus acciones de nueva guerrilla, la usurpación para instalarse en lugares que deciden tomar mediante uso de la fuerza, frente a la vergonzosa e inútil omisa respuesta del estado argentino que cede continuamente ante el avance de esas violencias organizadas desde escritorios internacionales donde no se habla mapudungún.
Ese lazo invisible del que poco se conoce, que une Bristol con Villa La Angostura y otras localidades icónicas del interior patagónico, como Bariloche, El Bolsón, Esquel y otras tantas más, es un canal de comunicación y sostenimiento material para las conquistas extranjeras en suelo argentino.
Los ingleses vienen por más Patagonia, por más recursos hídricos, por más petróleo, por más pesca, por más territorios de la República Argentina; vienen por todo, en la tercera y cuarta invasión, y necesitan asociados para dar una batalla silenciosa y continua, sin pausa, disimulada en discursos aborígenes, ayudando a desatar una guerra interna dentro de las poblaciones argentinas, nativas, separando a fraternos; y hasta poniendo banderas extrañas en mástiles de instituciones públicas que pertenecen a soberanía nacional.
Divide y reinarás reza el aforismo; teniendo los piratas británicos experiencias acaudaladas en siglos de invasiones, dividiendo pueblos y quebrando regiones con el solo objetivo de apropiarse de sus territorios y riquezas; esas que van para la Corona real, para la monarquía, allá lejos, distante a más de 12.000 kilómetros, con otro idioma, en otro hemisferio, pero con con las mismas pretensiones de apoderarse de tierras y tesoros ajenos, la de los pueblos soberanos del cono sur, de Chile y Argentina.
Hoy el combate se camufla, parece más inofensivo, pero es en realidad más destructivo y efectivo que otrora en usos de pólvoras. Las balas son ahora de polvo color blanco, sabor a veneno. Saben los agresores que el camino hacia la conquista patagónica se libera más fácil perdiendo a la juventud, quitándole sus valores más preciados.
A semanas de un nuevo aniversario de la gesta de Malvinas, en memoria y humilde reconocimiento a los valores, coraje y total entrega a las causas de la Patria de hombres y mujeres que cuidaron la soberanía argentina en nuestra Patagonia austral, dejando hasta sus vidas frente al ataque invasor; espíritus de acero y garras de halcón de la talla del Capitán Jorge Alberto Philippi; Capitán José Leónidas Ardiles; Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa; Comodoro Pablo Marcos Rafael Carballo; soldado Roberto Baruzzo; comando Cabo Primero Horacio Núñez; agentes María Marta Lemme; Norma Navarro; María Cecilia Ricchieri; Alicia Reynoso; Stella Morales; Susana Mazza; Gissela Bassler; Sonia Escudero; Ana Massito; Silvia Barrera; María Angélica Sendes; María Graciela Trinchín; Mariana Soneira; Marta Giménez; Graciela Gerónimo; Doris West; Olga Cáceres; Marcia Marchesotti; Nancy Susana Stancato; María Liliana Colino; Maureen Dolan; Elda Solohaga; Silvia Storey; Claudia Patricia Lorenzini; Esther Moreno; Elsa Lofrano; Cristina Cormac; entre otros veteranos y guerreras vestidas de verde, orgullosas portadoras de fusiles militares, sedientas de Justicia e intencionalmente llevadas al olvido por los administradores de costumbres al desorden que supieron imponer, empobreciendo la calidad de educación; mentores de la debilitación de las fuerzas armadas y de seguridad para allanar el camino al enemigo exterior; la tolerancia al narco y el aniquilamiento de valores de una generación de jóvenes, sellada por los traidores a la Patria, socios de los invasores que vienen por nuestros recursos naturales.
El imperio británico necesita más postulantes para las acciones bélicas que se llevan a cabo en la Patagonia Argentina. Interesados anotarse en las oficinas situadas en el numeral 6 de Lodge Street, Bristol, BS1 5LR, Reino Unido.-
Abog. Cristian Hugo Pettorosso
Matr. 2248, C.A.P.N; T°XLVIII, F°208, C.A.L.P; T°600, F°816, C.F.A.L.P.; Tº97, Fº387, C.P.A.C.F.
cel. 221 498 3076