El espacio donde se desarrollará el proyecto es un predio de cuatro hectáreas cedido en 2021 al gobierno provincial, donde se hallan los restos del Ex Centro Clandestino de Detención “La Escuelita”.
Este jueves se llevó a cabo la entrega de premios y menciones del Concurso Nacional de ideas y anteproyectos para el Parque de la Memoria e Identidad Neuquina, con el objetivo de construir un espacio que preserve los restos del ex Centro Clandestino de Detención “La Escuelita” y genere la visibilización de los hitos que hacen a la identidad provincial. Se evaluaron más de una docena de trabajos de todo el país y se eligió al ganador por medio de un proceso en el que participaron jurados locales y nacionales a lo largo de varios días.
Esta iniciativa es un compromiso del Estado Provincial y forma parte de los objetivos quinquenales impulsados por la gestión del gobernador Omar Gutiérrez. El Espacio de Memoria e Identidad Neuquina viene a dar cuenta del pasado reciente desde una mirada reflexiva hacia el futuro. En el acto estuvieron presentes los participantes seleccionados, autoridades provinciales, el Colegio de Arquitectos, sobrevivientes y público en general.
La subsecretaria de Derechos Humanos del ministerio de Gobierno y Educación, Alicia Comelli, destacó el trabajo que se viene desarrollando desde 2016, y recordó que “una vez que Nación cede el predio, junto a la subsecretaría de Obras Públicas y el Colegio de Arquitectos de Neuquén se inicia un proceso participativo, con el fin de que se refleje el sentir de la memoria y la identidad neuquina”.
El primer premio fue otorgado al proyecto realizado por los arquitectos Miguel Angel Buscazzo, Joel Germán Curihuinca, Matías Nicolás Forsetti, y Santiago Giuliani, con la colaboración de Juan Pablo Pérez, de Neuquén y Río Negro.
Por otro lado, el segundo premio correspondió al equipo de arquitectos integrado por Carlos Di Napoli, Bernardo Luna, y Martín González, de Santa Fe y Buenos Aires. Además, el tercer premio fue para los arquitectos Francisco Espósito, Guido Quiró, de la ciudad autónoma de Buenos Aires, que contaron con la colaboración de Agustina Ciccolini, Nicolás Uberti, y Tomás Bruschini.
Por último, se hizo una mención al arquitecto Fernando Chávez y sus colaboradores Facundo Peña, Paula Bravo, Rocío Guerrero, y Tomás Linkewicz de Neuquén.
El proyecto presentado por el equipo ganador consta de una propuesta inicial de intervención de una macro manzana, que es planteada en sectores concéntricos, donde se incorpora paulatinamente el parque al hábitat autóctono. Busca resguardar un pulmón verde para la ciudad futura y consolidar espacios públicos de calidad a una escala de ciudad, en un contexto de crecimiento urbano sostenible.
El sector del parque propiamente dicho cuenta con un edificio que funciona como un portal que contiene un ala destinada a la preservación de los restos de “La escuelita”, y otra ala de múltiples usos. Los pabellones expresan en su arquitectura cada una de las funciones que albergan y le dan un papel preponderante a la luz y a la relación con el entorno. Siguiendo esta última idea rectora se desarrolla el parque con una suerte de memorial con tótems, un jardín de la familia, un anfiteatro y, por último, un muelle flotante sobre la laguna. Todo esto contiene un recorrido peatonal sobre el cual estarán plasmados los hitos de la historia e identidad neuquina y una grilla que contenga obras temáticas de artistas regionales.
En este sentido y luego de finalizar la exposición, Raúl Radonich y David Lugones, dos sobrevivientes de “La Escuelita”, compartieron su visión sobre el proyecto. Ellos estuvieron presentes durante la etapa que sentó las bases del espíritu para este espacio, remarcando siempre que debía ser “un lugar que muestre vida, que mire para adelante. Este espacio que tuvo la intención de ser ocultado y que nadie sepa de su existencia, hoy nos llama a mirar para adelante y que las historias de tortura y horror no vuelvan a suceder Nunca Más”.