El grupo de Investigaciones en Biología de la Conservación del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA) publicó un artículo en la revista Biological Conservation que demuestra el impacto de los perros sueltos sobre la fauna silvestre, como el caso del Pudú o el Huemul, por dar un ejemplo.
En el marco de este estudio, se llevó a cabo una encuesta a más de mil personas de todo el país cuyos datos obtenidos muestran que el 68 por ciento vio al menos una vez a perros sueltos atacando a fauna silvestre y que el 7 por ciento de esas especies perjudicadas se encuentran amenazadas de extinción a nivel nacional. Entre ellas se encuentran el huemul, el pudú, la taruca, los flamencos, los pingüinos, el huillín, las corzuelas y los cauquenes. Para dimensionar estos datos, hay que tener en cuenta que solo el 30 por ciento de las interacciones del perro con la fauna llegan a ser observados por la gente, por lo que la amenaza puede ser aún más grave de lo revelado en las encuestas.
Los perros, con su ladrido y olor, pueden generar estrés y miedo en la fauna silvestre y ahuyentarla. También, al seguir su instinto, persiguen y matan tanto a carnívoros silvestres como a sus presas. A su vez, los perros sueltos sin supervisión y que no son bien cuidados pueden transmitir enfermedades tanto a las personas como a la fauna silvestre. Aquellas enfermedades que pueden afectar a los seres humanos se denominan zoonóticas, entre las cuales se encuentran la rabia, leptospirosis, parásitos gastrointestinales, hidatidosis. Entre las enfermedades no zoonóticas que los perros transmiten están el parvovirus y distemper.
El impacto de los perros en la fauna silvestre puede ser mayor en áreas donde los asentamientos humanos están cerca de áreas naturales protegidas. En estas áreas no está permitido el ingreso de perros (a excepción que sean guías o lazarillos) ya que son espacios destinados a la conservación de las especies y sus ambientes naturales. Sin embargo, las encuestas revelaron que en el 75 por ciento de 240 áreas protegidas visitadas por los/as encuestados/as se observaron perros sueltos sin supervisión y que el 62 por ciento de las personas presenció al menos un evento de caza o persecución de fauna silvestre. Esto sugiere que el problema del perro está ampliamente presente en ambientes naturales que deberían proteger especies de alto valor de conservación.
La importancia de la tenencia responsable
“En este estudio encontramos que el 60% de los argentinos tienen al menos un perro y muchos de ellos circulan libremente en algún momento del día. Esto es preocupante ya que se sabe que un perro suelto sin supervisión puede recorrer hasta 30 kilómetros en un día. Es por ello que una de las primeras acciones que se pueden implementar para reducir el impacto de esta problemática es practicar la tenencia responsable de nuestros animales de compañía” afirmó Lucía Zamora, becaria posdoctoral del CONICET en el INIBIOMA.
“Esto significa, entre otras cosas, vacunar y desparasitar regularmente; esterilizar para disminuir el número de crías; mantener al animal doméstico dentro del terreno o casa y si se los saca a pasear, hacerlo con correa, en sitios permitidos y recoger los excrementos”. A su vez resalta que “es importante evitar que los perros circulen libremente sin supervisión y el abandono de animales. Los perros sueltos pueden unirse a las jaurías asilvestradas ya establecidas en distintas áreas del país, lo que dificulta aún más la búsqueda de soluciones”, completó.
La presencia de esta problemática a lo largo de todas las ecorregiones de Argentina evidencia la urgencia de encontrar soluciones para preservar estos ambientes y la fauna silvestre que habita allí.