El joven de 29 años sufrió fractura de tibia y peroné a unos 2.400 metros de altura, al no haber refugios habilitados en el Volcán Lanín había que bajarlo antes que llegara la noche.
El ascenso de un joven andinista al volcán Lanín se vio truncado este viernes cuando por razones que aún se desconocen, terminó herido, con fractura de tibia y peroné. A partir de ese momento, se activó un intenso operativo de rescate para llevarlo, junto a un compañero, hasta la base del volcán. Objetivo que se concretó pasadas las 00 del jueves, con el neuquino de 29 años en buen estado pese a las fracturas.
«En 7 horas estaba abajo y era esperado por una ambulancia», contaron fuentes del Parque Nacional Lanín.
Se destacó un complejo, pero muy bien coordinado sistema de rescate que se realizó sin uso de helicóptero y descartando desde el comienzo la posibilidad de pasar la noche en las alturas. «El descenso debía hacerse enseguida, no se podía esperar porque no habían refugios habilitados».
En total trabajaron cuatro cuadrillas. Dos de ellas del área de Incendios, Comunicaciones y Emergencias ICE, otra de guías de montaña y otra de Gendarmería estas últimas habrías realizado las primeras atenciones al andinista.
Según trascendió, un médico que estaba cerca del joven accidentado y una cuadrilla de Gendarmería tuvieron un rol protagónico en el rescate. Tanto el profesional de salud como la fuerza federal no solo asistieron las heridas del andinista, sino que también lo acompañaron en todo momento y prepararon para iniciar el descenso.
«Es destacable lo que hicieron, porque acortaron los tiempos y mantuvieron el ánimo del herido para transitar de la mejor manera un momento traumático y doloroso», contaron. En este punto los guías de montaña también fueron claves, poniendo en marcha el protocolo de emergencia en las alturas.
El andinista sufrió el accidente mientras descendía del Lanín a unos 2400 metros de altura aproximadamente y por las características de las lesiones, quedó imposibilitado de seguir, por eso se solicitó el rescate.
Los brigadistas al llegar al lugar dispusieron su «empaquetado» en un colchón vacío utilizado para este tipo de evacuaciones.
En solo siete horas una cuadrilla de brigadistas pertenecientes a la central de Junín de los Andes comenzó el ascenso inmediato al Volcán Lanín, luego se sumó al operativo una cuadrilla de San Martín de los Andes y otra de Gendarmería.
En un tiempo destacable de 7 horas el joven y resto de montañistas estaba en la base del Lanín. Allí una ambulancia. Por la mañana del sábado se confirmó a este medio que está en el hospital de Junín de los Andes y que está «bien y de muy buen ánimo».