Sr. Director:
Querido Padre Julio, transcurrieron cinco valiosos años de pastorear a este rebaño. En este andar, cuántos desafíos tuvo que atravesar. Con años pandémicos y evangelizando sin parar. Con una constante disponibilidad, atento a cada necesidad, de gran servicio, irradiando bondad.
Es tan valorable su paso por esta comunidad, con cuánta templanza pudo a todos escuchar y ayudar. Buscando siempre conciliar, sin mezquindar, priorizando el dar.
Cuánto nos ha enseñado con su mansedumbre, con su paz interior y con su oración.
Hoy deja las montañas y a esta comunidad, pero su impronta siempre aquí resonará.
Padre Julio cómo te vamos a extrañar, te has ganado un lugar y siempre te vamos a esperar.
Gracias por cada corrida, para poder llegar y misa celebrar.
Gracias por cada palabra de esperanza.
Gracias por cada silencio.
Gracias por tan generosa entrega.
Gracias por conducir este rebaño y mostrarnos que siempre hay un camino.
Dicen que “sólo el amor, alumbra lo que perdura”, ese Amor que usted sembró aquí trascenderá y lo va a acompañar.
Hasta cuando nos volvamos a encontrar. Que Tata Dios nos haga permanecer unidos en la oración.
Elizabeth Astorino.
Villa la Angostura
PD: Palabras alusivas al Padre Julio, quién vuelve a su patria, Colombia tras cinco años de guiar a la comunidad católica de Angostura, Traful y Cuyín Manzano