Se realizaron ayer, en una extensa jornada que arrancó pasados pocos minutos de las 11.00 y hasta las 16.00 horas, la audiencia para evaluar los pedidos de sobreseimiento que habían impulsado semanas atrás la Fiscalía a cargo del Adrián De Lillo, y las defensas de los efectivos policiales.
En efecto, tras una extensa disertación que demandó casi 5 horas seguidas, donde se escucharon los planteos de las partes, la jueza penal de Zapala, Bibiana Ojeda, resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta la semana que viene, a fines de dictar su fallo en un caso que ha sido declarado complejo, y que requirió dos años de investigación.
La querella estuvo representada por Virgilio Sánchez, quien, vía zoom, pidiera continuar con el curso de la causa, buscando llevar el caso a un juicio por jurados, sosteniendo la teoría que Robinson Gatica fue asesinado en una maniobra de estrangulamiento cuando estaba reducido por la policía.
A su turno, ambos defensores clamaron en contrario, sosteniendo a partir de las evidencias científicas colectadas por forenses oficiales y de parte, que el fallecido Gatica sufriera un paro cardíaco producto del elevado nivel de estrés que padecía en la situación de emergencia, precedido por una salud deteriorada en razón de “conductas de consumos de sustancias ilícitas mantenidas a lo largo de muchos años”, alegó Cristian Pettorosso, defensor de Víctor Hugo Muñoz.
En este sentido, el defensor cargó críticas en la actuación de los familiares previo al arribo del personal policial a la escena, cuando sostuvo “Gatica fue duramente apaleado con una madera que le partieron en la cabeza, y eso no hizo más que magnificar el estrés que derivara en una parada cardíaca. Lejos de calmarlo, esa golpiza contribuyo al resultado muerte en una persona que se sabía que estaba intoxicada”, concluyó Pettorosso.
Resta ahora esperar la decisión de la magistrada zapalina, que se conocerá los próximos días.
La jueza dispuso, asimismo, levantar todas las medidas cautelares que pesaban sobre los cinco policías, atento los pedidos desencriminantes propugnados por la propia acusación pública y sendas defensas.