La Licenciada en Turismo realiza un análisis de la actualidad turística, los cambios, los pro y contras de las “economías colaborativas” y lo que se transformó en una “desvirtualización de una buena idea”.
La Licenciada en Turismo Mónica Hunko recordó que “hace ya poco más de una década que las economías colaborativas irrumpieron en el mercado turístico cambiándolo para siempre”.
En declaraciones a LA ANGOSTURA DIGITAL recordó que “parecía una buena idea, una nueva forma de hacer turismo. Sin embargo, con el correr de los años, el espíritu de la modalidad desapareció. La esencia colaborativa que la diferenciaba se desvirtuó al punto tal en que al día de hoy ha generado una distorsión en el mercado de los alojamientos turísticos y de otros servicios con consecuencias directas sobre la calidad de los mismos e indirectas en la sociedad toda”.
“Una característica particular del turismo es la de hacer las veces de “experiencia piloto” de las tendencias sociales y culturales de una época. Así fue como a mediados de la década del 2010 surgió esta nueva tendencia cultural y económica cuyo esencia y diferenciación estaba dada por el espíritu colaborativo de quienes participaban en dicho intercambio de servicios. Las ideas de “soy tu anfitrión”, “recibirte en mi casa”, “viajemos juntos”, entre otras; comenzaron a inundar las redes sociales generando una especie de “tribu” o “comunidad”, cuyo principal objetivo no estaba sentado en la renta ni la especulación”.
Dijo que “en un principio, esta modalidad provocó un importante cimbronazo principalmente en el rubro de alojamiento; ya que se presentaba como una alternativa, no solo más económica, sino mucho más personalizada y con la posibilidad de permanecer en casas antiguas, tradicionales, ubicadas estratégicamente en cascos históricos o en lugares de interés turístico. En pocas palabras, algo diferente y novedoso. Dos ingredientes claves en la fórmula para el éxito en esta actividad”.
Explicó que “como todo lo que recién empieza, no representaba una amenaza a la oferta tradicional y se mantenía dentro de una economía marginal. Con el correr del tiempo. la modalidad tuvo tanto éxito que la demanda y la oferta crecieron de manera exponencial, cambiando para siempre el paradigma del alojamiento turístico con las consecuencia y resultados que hoy estamos observando”.
“¿Y en el medio, que fue lo que pasó?. Tomando como ejemplo el servicio de alojamiento, podemos inferir algunas razones o mutaciones que se fueron dando desde el surgimiento hasta la actualidad:
1 – El ingreso de los alojamientos tradicionales habilitados a las plataformas: En un principio, quienes publicaban sus propuestas de alojamiento eran particulares que ofrecían una habitación en su casa o incluso dormir en un sofá en el living. Destacaban el hecho de compartir la vivienda, sus costumbres, de llevarlos a conocer el lugar, estar ubicados en un punto estratégico, etc. Eran personas que vivían solas o parejas, de todas las edades, quienes procuraban tener un ingreso extra ofreciendo a viajeros pernoctar en sus casas.
Al poco tiempo las plataformas comenzaron a permitir que publiquen anuncios los establecimientos hoteleros tradicionales habilitados (principalmente hostels porque tenían un segmento de demanda en común) y este fue el principio del fin…
2 – Las plataformas ingresaron en el negocio inmobiliario turístico. La plataforma emblemática de esta modalidad comenzó a invertir en edificios de departamentos enteros destinados a los alquileres temporarios. Llevando el negocio a una escala que no es la que respondía a la esencia de la economía colaborativa.
3 – Crecimiento exponencial de la oferta. El aumento de la demanda y la falta de restricciones para ingresar al negocio, sumado a la interesante renta prometida, generó un aumento exponencial de la oferta.
Estas “mutaciones” que se fueron dando en las reglas de juego produjo efectos tanto en la actividad turística como en la sociedad toda que comenzó a sufrir una crisis legal y habitacional a la que aún hoy se está tratando de encontrarle una respuesta.
4 – Despersonalización del servicio El aumento de la oferta sumado al ofrecimiento de espacios donde el anfitrión no reside, dio comienzo a la despersonalización hasta llegar en muchos casos al cero contacto entre el anfitrión y el huésped, (facilitado por la tecnología con la que colocando un código y dejando las llaves en la entrada del edificio). esto es exactamente lo contrario al espíritu con el que surgió la modalidad.
5 – Tarifas equiparadas a las de los alojamientos tradicionales. Unas de las características que diferenciaban a este tipo de alojamiento eran sus tarifas accesibles. Sin embargo, con el tiempo, los valores de los servicios se han igualado al de los alojamientos tradicionales (hoteles, hosterías, complejos de cabañas, etc.) e incluso, en algunos casos, resultan más caros y brindan menos servicios. Esto llevó a que muchos viajeros hayan vuelto a elegir permanecer en hoteles.
6 – Oferta de espacios inadecuados. Si bien cuando comenzó este tipo de propuestas de alojamiento, el pasajero no esperaba un servicio de hotelería, también tenía presente que la tarifa tampoco era elevada. Confundir “originalidad” con “precariedad” es uno de los errores que ha llevado a acrecentar la brecha entre calidad/precio.
7 – Conflictos de convivencia entre residentes y turistas en edificios de departamentos. La proliferación de departamentos ofrecidos para alquiler temporario en edificios residenciales se ha convertido en una de las principales fuentes de conflicto principalmente por la generación de ruidos molestos y el uso indebido de los espacios comunes.
8- Drástica disminución de oferta de alquileres permanentes. Esta problemática que es histórica en la mayoría de los centros turísticos, se agudizó a partir de la popularización de la modalidad debido a que viviendas que no reunían las condiciones para ser ofrecidas en las categorías tradicionales de alojamiento, ahora sí encuadraban. Esto llevó a que los propietarios optaran por ofrecerlas en alquileres temporarios, generando una reducción en la oferta de alquileres permanentes lo que a su vez derivó en crisis habitacional.
9 – Especulación inmobiliaria. También la especulación inmobiliaria es una de las problemáticas que todo centro turístico enfrenta. La falta de regulación urbanística derivó en que un alto porcentaje de las nuevas construcciones se proyecten con uso turístico lo que impacta no solo en la disponibilidad de unidades para uso permanente; sino que ya desde su diseño son concebidas con ambientes que resultan difíciles de ser utilizados como vivienda particular (priorizan las vistas y no las paredes donde poder ubicar muebles, por ejemplo).
“Cabe mencionar también que la especulación llevó a cambiar el uso de espacios concebidos para otros fines transformando locales comerciales y diversos espacios en unidades alquilables como vivienda turística”.
“Mientras tanto, desde los gobiernos de los países con mayor afluencia turística han ensayado varias propuestas de normativas que permitiesen ordenar este caos. Todas ellas con resultados parciales, sin poder lograr aún una norma o un conjunto de normas que permitan plantear reglas de juego claras y beneficiosas para regulan el escenario. Son muchas las aristas y aspectos a tener en cuenta y suele suceder que la regulación de una de ellas, desequilibra el resto y los grises terminan triunfando. Esto a su vez da lugar a nuevas normativas y así sucesivamente. Quizás sea porque se pretende “atacar y desalentar” en vez de “ordenar” la modalidad”.
“Cabe preguntarse entonces hacia donde se dirige este tipo de economía dentro de la actividad turística”.
“A pesar del panorama poco alentador descripto, se están comenzando a divisar ciertas señales que indicarían un punto de inflexión a partir del cual se estaría tendiendo a logar un equilibrio del mercado”.
“Una de estas señales está dada por el retorno de algunos propietarios a ofrecer sus unidades como alquiler permanente debido a que, por un lado, la demanda no está siendo de la magnitud esperada y, por el otro, los costos impositivos, de mantenimiento, de servicios y comisiones, reducen considerablemente la renta, terminando por no resultar un negocio tan espectacular como se pensaba”.
“La otra señal es el surgimiento de emprendimientos de administración turística dedicados a gerenciar varias unidades y la incorporación de esta modalidad de alojamiento alternativo por parte de establecimientos habilitados a su negocio, tendiendo así a una concentración del manejo de la actividad a una escala sostenible desde lo económico a costa de la desaparición de la esencia que le dio origen”, finalizó Mónica Hunko.