El fenómeno climático conocido como La Niña llegará a Sudamérica entre enero y marzo de 2025, según una alerta emitida en varios países del continente, poniendo en situación de alarma a varios países de la región, incluida Argentina.
Las autoridades y especialistas instalan a tomar medidas preventivas ante las posibles consecuencias que este evento puede desencadenar, especialmente en áreas de alta sensibilidad como los bosques de toda la región del Nahuel Huapi y la Comarca Andina zonas castigadas por las llamas en los últimos veranos, principalmente durante los incendios del verano. . . del 2021, siendo uno de los incendios más devastadores de la historia del país.
En 2022 , los incendios dejaron un impacto significativo en la región, con más de 500 viviendas destruidas y millas de hectáreas de bosque reducidas a cenizas.
En la Comarca Andina, los incendios forestales han causado graves daños entre 2022 y 2024. Entre octubre de 2023 y marzo de 2024, se quemaron 7.747 hectáreas en los Bosques Andino Patagónicos, de las cuales 6.985 hectáreas corresponden a Chubut, especialmente en áreas cercanas a El Hoyo, Lago Puelo y Epuyén.
La Niña ocurre cuando las aguas del océano Pacífico, en la zona del ecuador, experimentan un enfriamiento que altera los patrones climáticos a nivel global. En Sudamérica, sus efectos pueden manifestarse con sequías en las zonas costeras del Pacífico, temperaturas extremas y cambios en los flujos de patrones climáticos. En regiones como la Patagonia argentina, esto podría significar prolongados períodos de sequía y olas de calor, condiciones ideales para la propagación de incendios forestales.
Los bosques nativos de nuestra región, con gran biodiversidad y belleza, son especialmente vulnerables. La combinación de vegetación seca (material combustible), altas temperaturas y falta de precipitaciones aumenta el riesgo de incendios, amenazando no solo el ecosistema sino también a las comunidades que habitan en estas áreas (como sucedió en el 2021 y 2022 en El Hoyo). Los recientes incendios forestales en la región han demostrado la magnitud del daño que estos eventos pueden causar, con millas de hectáreas devastadas y enormes esfuerzos necesarios para su contención.
Ante este panorama, es esencial que las autoridades trabajen en estrategias de prevención que incluyan el fortalecimiento de sistemas de alerta temprana, campañas de concienciación para evitar conductas de riesgo como la quema de residuos, la mejora de los recursos destinados a brigadas de bomberos y la Implementación de planes de manejo forestal para reducir el material combustible.
Desde el SPLIF iniciaron las tareas de prevención que incluyeron desde la puesta a punto de cámaras y estaciones meteorológicas, trabajos de reducción de combustible, hasta reuniones para socializar los insumos disponibles para todo el personal de combate de incendios de la región.