Paso Samoré: Demoras el fin de semana y notorio crecimiento de argentinos tentados por el tipo de cambio

Cientos de turistas haciendo la cola para poder cruzar la frontera.

El verano del año pasado eran los chilenos quienes venían a Villa la Angostura y Bariloche beneficiados por el tipo de cambio entre el peso chileno y el argentino, ahora se dio vuelta y son los argentinos que hacen largas colas para ir de compras al vecino país.  

Un notorio aumento en la presencia de turistas argentinos se ha observado en el complejo fronterizo Cardenal Antonio Samoré, quienes se han visto atraídos por el favorable tipo de cambio.

Se trata del segundo paso de mayor importancia en el país, que permite no solo conectividad con Argentina, sino con los demás países del cono sur, y el tránsito de carga para el abastamiento de la zona austral de Chile.

Desde el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), su directora regional, Claudia Renedo, estima que para la temporada de verano arribarán al país 2.100.000 visitantes, lo que supone un 15% respecto al mismo mes del año pasado, y donde el dato es la relevancia que tiene para estos efectos el uso del paso Cardenal Samoré.

Abrir el paso Samoré las 24 horas en verano 

El pasado fin de semana nuevamente se registraron largas colas y espera de más de dos horas por el intenso tránsito que tuvo este paso internacional.

Desde la Secretaría de Turismo de Bariloche destacaron la significativa presencia de turistas trasandinos, aunque anticiparon que el mayor caudal de visitantes se espera para el mes de febrero. Sergio Herrero, secretario de Turismo de Bariloche, remarcó la importancia del paso como puerta de entrada para el turismo internacional, y señaló que continuarán las gestiones para ampliar el horario de funcionamiento, actualmente de 8 a 19 horas.

“Para habilitar la franja nocturna es necesaria una inversión del Gobierno nacional porque implica duplicar el personal y mejorar la infraestructura eléctrica, ya que actualmente el complejo opera con grupos electrógenos”, explicó Herrero.

Claudia Pailalef, delegada presidencial provincial de Osorno, resaltó la relevancia estratégica del complejo internacional, que se mantiene como una vía clave para el tránsito en la zona sur y austral del continente.

Según los datos entregados, los meses de mayor afluencia fueron enero, febrero y diciembre, concentrando el 40% del flujo anual de viajeros. “Cardenal Samoré no solo conecta a Chile y Argentina, sino que también es un puente cultural y económico para ambas naciones. Es prioritario garantizar que sus instalaciones puedan responder al creciente flujo de personas y vehículos”, afirmó la delegada.

Largas colas y espera de más de 2 horas se vivieron el pasado fin de semana en el control fronterizo.

Diariamente, son aproximadamente 4.500 usuarios los que pasan por los distintos entes contralores para ingresar o salir del país, con un incremento sostenido, entendiendo que el 2023 el uso del corredor binacional sumó 998 mil personas, mientras que hasta diciembre del 2024, el número superó el millón 51 turistas.

Pero lo más atractivo es el tipo de cambio favorable a los visitantes del vecino país, lo que claramente motiva para cruzar la cordillera, reconocen los visitantes argentinos.

Los tentadores precios están, pero el Servicio Nacional de Aduanas remarca la franquicia para pasar productos hacia Argentina, de acuerdo al encargado de este servicio contralor en el paso, Carlos Villar.

Obras de Chile que esperan se concreten

En materia de infraestructura el recinto se mantiene con dependencias que requieren modernización, al contar con una data de 1969, y donde un incendio -la noche del 31 de diciembre del 2012- obligó a la presentación de un proyecto que considera el reemplazo total de sus instalaciones, donde se adjudicó un estudio previo por $1.583 millones, financiado por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, el cual avanza, aseguró la delegada Presidencial Provincial de Osorno, Claudia Pailalef

Pero más allá de la relevancia del denominado segundo paso de mayor importancia en el país, este se mantiene con una edificación que, por un lado, tiene altísima demanda y por otro expone deficiencias estructurales como servicios higiénicos funcionando en containers; realidad de la que se cumplen 13 años.

 

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