El temblor está asociado a la presión del magma y gases al interior de la Tierra.
El movimiento telúrico de 3.6 grados registrado en el Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle ha generado inquietud sobre una posible reactivación del macizo. En caso de una erupción, las localidades de Riñinahue, Rupumeica, Licán, Mantihue, Paso Cardenal Samoré y Anticura podrían verse afectadas, y del lado argentino Villa la Angostura es la localidad que fue más afectada en la última erupción del 2011.
El geólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Mario Guerra, académico del Instituto de Geografía e investigador del Laboratorio Geotsunami, explicó que el sismo corresponde a un evento volcanotectónico provocado por la fractura de rocas subterráneas debido a la presión del magma.
“Dentro de la actividad volcánica que se puede percibir en Chile existen los sismos de largo periodo, asociados al movimiento de magma profundo dentro del volcán, la cual al desplazarse lentamente dentro de la corteza terrestre genera temblores. Por otro lado, los sismos volcanotectónicos, como ocurrió en este caso, se provocan por el magma ascendente que se moviliza hacia la superficie y que incrementa la presión interna del volcán generando fracturas en las rocas“, detalló el especialista.
Según Guerra, este tipo de sismos es habitual en zonas volcánicas y no necesariamente implica una erupción, a menos que ocurra junto a otros fenómenos, como cambios en la emisión de gases o deformación del terreno.
“La mayoría de estos sismos no representan un peligro inmediato para la población, ya que suelen responder al reajuste natural de la corteza terrestre. Sin embargo, si se presentan de manera simultánea con otros signos de actividad volcánica, como sismos de largo período, cambios en la emisión de gases o deformación del terreno, podrían ser señales de actividad volcánica en aumento”, advirtió.
El experto destacó que la magnitud del sismo es alta en comparación con otros eventos volcánicos, los cuales generalmente no superan los 3.0 grados. No obstante, aclaró que un movimiento de 3.6 grados sigue estando dentro de un rango esperable en volcanes activos.
Finalmente, Guerra subrayó la importancia del monitoreo continuo: “Si se observan más eventos similares en un corto período, podría indicar que el volcán está entrando en una fase más activa. Chile es un país con numerosos volcanes activos, por lo que estar informados y preparados es fundamental”.
