Magdalena Bruno es madre de una hija, docente, y sobre todo es tejedora en “Izquierda a Derecha”, un emprendimiento familiar que invita a los más pequeños a disfrutar del juego y a expandir su imaginación a través de diversas opciones tejidas a crochet, ya sean muñecos o juguetes de comida para merendar.
El emprendimiento familiar surgió en plena pandemia por parte de Magdalena Bruno bajo el nombre de “Izquierda a Derecha”, debido a que utiliza la mano izquierda para crear todo tipo de piezas únicas tejidas a crochet, ya sean juguetes, comidas, marcapáginas, llaveros o hebillas.
Siempre la rodeó la lana. Desde chica aprendió a tejer a crochet junto a sus abuelas, y en plena pandemia retomó la actividad para sorprender a su hija con muñecos y luego con juguetes de comida que se trató del gran impulso para emprender su proyecto hecho con tanto amor y dedicación en cada una de sus piezas.
Con la idea de estimular la creatividad y el juego, la emprendedora le cuenta a LA ANGOSTURA DIGITAL que “las personas al ver lo que había tejido, ya sea por su originalidad y el entretenimiento de mi hija cuando venían las amigas, comenzaron a surgir los primeros pedidos y empecé a dedicarle más tiempo. Comencé a mejorar, inventar, y posteriormente me sumergí en las redes de la mano de mi cuñada”.
Junto a la innovación de crear juguetes de comida, Magdalena comenta que a la hora de tejer nuevos objetos tiene en cuenta lo que otros le dicen ya sea entre conocidos o en las ferias locales.
“Ahí vas viendo lo que llama la atención, además de que busco la diferencia y la sorpresa en los demás en cada una de mis creaciones, que sean universales y llamativas. Mientras que en lo práctico tengo en cuenta las adaptaciones que debo hacer por ser zurda”, expresa.
Desde su Instagram @deizquierdaaderecha.vla, también realiza trabajos personalizados y uno de los motivos por el que nació este emprendimiento fue para darle vida útil a sus tejidos ya que “una vez una psicopedagoga me pidió un títere para poder hablar en su consultorio cuando el niño no puede, y eso tiene mucho valor para mí. Son muy especiales cuando tienen una función”.
Además, explica que sus piezas están hechas a base de algodón de diversos grosores, relleno sintético y algunos apliques. En cuanto al tiempo de producción, varía de acuerdo a la idea tejida, sobre todo cuando se trata de un nuevo proyecto: “La manzana, por ejemplo, lleva varios días por la cantidad de piezas, pero un marcapáginas está listo en un par de horas”.
Y relata que algunos proyectos llevan una mayor investigación y adaptación, como el pedido de una profesora de biología que solicitó un corazón real. Eso le llevó semanas.
Cabe destacar que este tipo de tejidos cuentan con un sinfín de beneficios como la estimulación y la imaginación en el juego, favoreciendo el desarrollo de los sentidos, la interacción con el otro, el simbolismo y la atribución de los significados, siendo ideal para abordar situaciones infantiles e intervenciones terapéuticas.
En tiempos digitales, resulta una gran opción para evitar el impacto negativo que conlleva la innovación tecnológica en los niños más pequeños. Los juguetes tejidos a crochet no se gastan, no necesitan pilas, e incluso pueden ser su mascota de compañía porque cada uno le da vida a cada juguete.
En cuanto a la participación en las ferias locales, la emprendedora estuvo presente en la última fecha local de “Neuquén Emprende”, tratándose de una valiosa experiencia. “Empecé a presenciar las ferias locales el año pasado y cada una de ellas fue hermosa, te vas haciendo conocido, clientes regulares, y conocés gente nueva que emprende igual que vos. Disfruto mucho de todo el proceso de estar en las ferias”, expresó.
De esta manera, Magdalena Bruno propone una nueva experiencia para regalar y sorprender a los niños, dándole su toque mágico en las nuevas ideas tejidas a crochet, y con el impulso de que todos puedan divertirse de una forma creativa y original a partir de la imaginación.